¿Qué significa Mateo 1:24?
De acuerdo con lo que José sabía sobre la situación, José tenía todo el derecho, legal y moralmente, de divorciarse de María (Mateo 1:18). El período de compromiso matrimonial se trataba como parte del contrato de matrimonio durante esta época antigua. Aunque la pareja aún no había vivido junta ni había tenido relaciones sexuales, estaban legalmente vinculados prácticamente de la misma manera que lo estaría una pareja que estuviera completamente casada. Si María se hubiera quedado embarazada por haber tenido relaciones sexuales con otro hombre, José habría tenido razones legales y justificables de rescindir su acuerdo. Su plan inicial era hacer exactamente eso, pero quería hacerlo discretamente, para no dañar a María más de lo necesario (Mateo 1:19).Sin embargo, finalmente no siguió adelante con ese plan. Dios intervino y envió a un ángel para que visitara a José en un sueño (Mateo 1:20–21). El ángel le reveló a José lo que realmente estaba pasando. María todavía era virgen. El bebé que llevaba dentro fue concebido a través del Espíritu Santo. El niño se llamaría Jesús, que viene de un nombre hebreo que significa "Yahvé salva", y también Emanuel, que significa "Dios con nosotros".
José demostró tener una fe inmensa al obedecer la orden que Dios le comunicó a través del ángel. De hecho, José dejó de lado el costo de su propia reputación e incluso tuvo que desafiar las normas culturales de la época. En lugar de tomar el camino fácil y lo que socialmente tenía sentido hacer, eligió obedecer a Dios. José terminó el período oficial de compromiso y se llevó a María a casa para vivir juntos inmediatamente. De esto modo, José pudo protegerla a ella y a su familia del escándalo que el embarazo de María provocaría, además de que podría mantenerla durante el resto del embarazo.
Sin embargo, el siguiente versículo nos deja claro que José no tuvo relaciones sexuales con María hasta después del nacimiento de Jesús. Ella permaneció virgen, cumpliendo así la profecía de Isaías (Isaías 7:14). Después de ese tiempo, José y María tendrían otros hijos juntos (Mateo 13:55–57; Marcos 3:31–32).