¿Qué significa Mateo 11:23?
Jesús está hablando del juicio que caería sobre algunas de las ciudades de Israel, específicamente en la región de Galilea, donde había realizado muchos milagros poderosos de curación y expulsión de demonios. Estas personas deberían haber respondido a Jesús con arrepentimiento; en cambio, eligieron rechazarlo. Cristo dijo que si se les hubiera dado la misma evidencia a los idólatras del calibre de los que había en las ciudades fenicias de Tiro y Sidón (Joel 3:4; Ezequiel 27:1–9; 28:21–23), esos paganos se habrían arrepentido (Mateo 11:22). Esto demuestra que la omnisciencia de Dios también es capaz de saber la manera en que se desarrollaría cualquier situación hipotética que uno pudiera imaginarse.Ahora Jesús condena a Cafarnaún, Su propia ciudad natal adoptiva, la cual estaba situada en la costa noroeste del Mar de Galilea (Mateo 4:12–13). Jesús inmediatamente responde a Su propia pregunta retórica, diciendo que la ciudad caería en el Hades. Muchos judíos seguramente recordaron la manera en que Isaías condenó a Babilonia en Isaías 14:15: "pero ¡ay!, has caído a lo más profundo del sepulcro, a lo más remoto del abismo". Babilonia quizás se utilizaba como un nombre que servía para identificar a las ciudades más malvadas, y aquí Jesús está describiendo a Cafarnaún de la misma manera.
Si la comparación con los adoradores de Baal no hubiera sido lo suficientemente ofensiva de por sí, lo que Jesús dice a continuación habría sido completamente impactante. Dios destruyó a Sodoma por la arrogancia y el pecado del pueblo (Génesis 19). Todo judío que escuchara a Cristo en este momento sabría lo que Dios había hecho allí para aniquilar a esa ciudad corrupta. Sodoma se usa a lo largo del Antiguo Testamento como un símbolo de depravación, maldad y corrupción (Génesis 13:13).
¿Qué es lo hizo Cafarnaún para ganarse un juicio de tal calibre? Jesús dice que, si los mismos milagros que había hecho en Cafarnaún se hubieran hecho en Sodoma, Dios nunca la habría destruido. El pueblo se habría arrepentido de sus pecados. Los judíos, pensando equivocadamente que eran un pueblo educado (Mateo 3: 9), se habrían quedado estupefactos al escuchar esto.
Cafarnaún recibió el inimaginable privilegio de ser conocida como la ciudad natal adoptiva del Hijo de Dios en la Tierra. Jesús eligió establecerse y realizar poderosos milagros allí: sanar y expulsar demonios e incluso resucitar a los muertos. Aún así, la mayoría de las personas allí no se arrepintieron del pecado ni creyeron que Él era el Mesías.