¿Qué significa Mateo 12:31?
Tal y como se usa en las Escrituras, la palabra "blasfemia" significa expresar algo irrespetuoso o irreverente acerca de Dios. Entre las peores formas de blasfemia están aquellas que distorsionan las verdades sagradas acerca de Dios y las convierten en mentiras.Cuando se toma fuera de contexto, es comprensible que este versículo haya causado que muchas personas se preocupen, ya que todos tenemos momentos de debilidad en los que podemos blasfemar contra el Espíritu Santo y dejar de formar parte de la familia de Dios. Sin embargo, Jesús no está hablando sobre los momentos en los que tropezamos de forma involuntaria. En un contexto más inmediato, se está hablando de un pecado extremadamente específico, el cual no se puede replicar en la actualidad. En un sentido más amplio, también implica que nuestras palabras revelan lo que tenemos en nuestros corazones, que es donde reside el verdadero problema.
Hay dos cosas que nos pueden ayudar a entender las palabras que Jesús está compartiendo aquí. La primera es el contexto. Jesús ha sido acusado por algunos fariseos de haber expulsado demonios gracias al poder de Satanás (Mateo 12:22–24). Jesús respondió diciendo que Él expulsaba demonios por el poder del Espíritu Santo de Dios (Mateo 12:25–28). Esto provocó que los fariseos fueran los culpables de darle crédito a Satanás por lo que el Espíritu Santo estaba haciendo. Esta era la blasfemia de la que Jesús estaba hablando.
¿Por qué hicieron los fariseos tal cosa? Ellos no estaban concentrados en buscar la verdad, sino que lo único que querían era desacreditar a Jesús a toda costa (Juan 5:39–40). Los fariseos presenciaron un milagro obvio e innegable, y decidieron atribuírselo a Satanás, lo cual fue un acto de blasfemia porque rechazaron a Jesús como el Hijo de Dios. Hacer algo así, negar a toda costa y en todo momento la evidencia de que Dios es real, sin importar el qué o el cómo, prueba que tal persona nunca alcanzará la salvación. En el sentido más estricto, este es un pecado que ya no se puede cometer en la actualidad, ya que los fariseos hablaron con el Hijo de Dios en persona, lo vieron realizar un milagro en persona y blasfemaron contra Dios en frente suyo. En la actualidad, nadie puede hacer algo así.
La única manera de que alguien sea perdonado de sus pecados, cualquier pecado, es a través de la fe en Jesús (Juan 3:16–18). La fe en Cristo hace que Dios considere la muerte de Jesús como pago por nuestros pecados y nos permita formar parte de Su familia gracias a la vida justa que Jesús vivió en la Tierra (2 Corintios 5:21). Una obra importante del Espíritu Santo es mover a las personas a tener fe en Jesús (Juan 16:7–11). En un sentido amplio de la palabra, aquellos que "blasfeman contra el Espíritu Santo" son aquellos que continúan rechazando el mensaje del Espíritu y siguen diciéndole "no" a la dirección del Espíritu Santo, lo cual en esencia es como decir que es un mentiroso.
Aquellos y aquella que persisten en su terquedad e incredulidad no serán perdonados, porque se niegan a confiar en Cristo mientras el Espíritu Santo los está guiando a hacerlo. Dado que no hay otro camino hacia el perdón excepto a través de la fe en Jesús, elegir rechazar constantemente la dirección del Espíritu provoca que no puedan recibir el perdón de Dios (Juan 3:36).