¿Qué significa Mateo 12:4?
Jesús está respondiendo a la acusación que le hicieron algunos fariseos de que Sus discípulos habían quebrantado el cuarto de los Diez Mandamientos (Éxodo 20:8–11). Los acusaron de haber trabajado durante el sábado. En verdad, estaban arrancando espigas y comiéndoselas mientras caminaban por un campo con Jesús (Mateo 12:1–2). Aunque el Antiguo Testamento no habla de esa situación específicamente, los fariseos insistieron en que eso contaba como si hubieran estado recogiendo la cosecha, y por lo tanto se debía considerar como un trabajo. Entonces, Sus seguidores estaban pecando.Responder a los fariseos con una serie de preguntas era de hecho una práctica común que se utilizaba durante los debates de rabinos. Además, Jesús quería responsabilizar a los fariseos por sus ideas, ya que mostraron una falta de interés superficial por las personas que estaban bajo su cuidado espiritual. La intención de Dios era que Sus leyes se aplicaran justamente y con buen juicio, no con arrogancia o descuido. Con el tiempo, personas como los fariseos le añadieron más y más reglas a los mandamientos reales de Dios. Los fariseos vivían manifestando un constante orgullo competitivo, tanto entre sí como contra la gente común, el cual se basaba en su capacidad para seguir todas las reglas.
Los fariseos seguramente estaban al tanto de lo que David llegó a hacer en un momento específico de la historia de Israel. La historia se encuentra en 1 Samuel 21:1–6. David estaba en una situación desesperada y necesitaba comida. Entonces, se acercó a un sacerdote y le pidió pan. El sacerdote solo tenía el pan santo, también conocido como el pan del tabernáculo o pan de la proposición. Este pan era especial, el cual se dividía en doce panes, y se le presentaba cada sábado al Señor como ofrenda. Cuando se cambiaba el pan por pan recién hecho, los sacerdotes debían comérselo en un lugar santo (Levítico 24:5–9). El sacerdote al que David se dirigió les entregó el pan para que Él y sus compañeros se lo comieran.
La idea que Jesús está destacando aquí es que el reverenciado Rey David de Israel podía saltarse los requisitos literales, palabra por palabra, de esta Ley cuando la necesidad lo requiriese. En este caso, David se estaba enfrentando a una situación de vida o muerte. David no fue condenado ni por haber engañado al sacerdote, ni por haber roto este requisito del templo. Jesús estaba preguntándoles a los fariseos la manera en que ese pasaje se adaptaba a su manera restrictiva de considerar la Ley. Su intención no era descartar la ley de Dios, sino enfocarse en la intención real que Dios tenía para darles ese mandamiento.
Lo más importante aquí es que las reglas extra que los fariseos le añadieron a la Ley no fueron inspiradas por la compasión que sentían por el pueblo de Dios.