¿Qué significa Mateo 13:14?
Los discípulos le han preguntado a Jesús la razón por la que Él les hablaba a las multitudes en parábolas. Probablemente, estaban preguntándose por qué no explicaba con claridad lo que quería decir (Mateo 13:10). Desde su perspectiva, tenía más sentido que si Jesús fuera más directo, más personas llegarían a entenderlo. Las Escrituras, de hecho, nos muestran que este no era el caso. La explicación que Cristo les dio incluye una profecía de Isaías que ayudaba a disipar ese malentendido.Jesús estaba enseñando en parábolas, en parte, para evitar que las multitudes lo entendieran completamente. Estas historias eran una forma tanto de enseñar como de restringirles el acceso a los secretos del reino de los cielos. Los discípulos sí recibieron esos secretos, pero se le ocultó a la nación israelita, en general debido a su terquedad y desobediencia.
Esto también cumplía otra profecía más de Isaías. Jesús mencionó el momento en el que Isaías comenzó a desempeñar sus labores como profeta, lo cual se describe en Isaías 6:8–10. Isaías responde "Aquí estoy yo. Envíame a mí.", a la pregunta de Dios sobre quién iría en Su nombre. Dios le dijo a Isaías que fuera y le dijera al pueblo de Israel, en esencia, que escuchara lo que se les iba a decir, pero que no lo entenderían.
Jesús también les aplicó las palabras de Isaías a su generación de israelitas. Jesús dijo algo similar a lo que aparece en Isaías: "oigan bien, pero no entiendan; vean bien, pero no comprendan". En el caso de la generación de Jesús, el pueblo había oído con los oídos la enseñanza del Hijo de Dios, y habían visto el poder del Hijo de Dios en plena exhibición a través de Sus milagros. Sin embargo, habían cometido un error a la hora de entender o percibir que Jesús era y es, de hecho, el Hijo de Dios y el Mesías. La mayor razón por la que esto ocurrió era la rebelión que había en sus corazones: no creían porque no querían creer (Juan 5:39–40; 7:17). Por eso, Dios oscureció aún más su entendimiento, y eso debía entenderse como un juicio que había impuesto sobre ellos (Proverbios 29:1).