¿Qué significa Mateo 13:23?
Jesús está explicando el significado que hay detrás de Su parábola sobre el sembrador (Mateo 13:1–9), algo que solo hizo con Sus discípulos (Mateo 13:10–17). Jesús ha relacionado la semilla que no produjo ningún fruto con el tipo de suelo sobre el que cayó. Ese suelo representaba diferentes tipos de personas. Algunos no entendieron Sus enseñanzas. Otros no se comprometieron completamente con el reino. Otros no llegaron a prosperar debido a que se distrajeron con la riqueza y las preocupaciones del mundo (Mateo 13:19–22).Ahora, sin embargo, Jesús está hablando sobre la buena tierra: las personas que escuchan y entienden la palabra del reino, y saben que Jesús es su rey. Estas personas reciben esta enseñanza y se comprometen con Él con firmeza. El resultado, tal y como ocurre con las buenas cosechas, es que acaban dando muchos frutos, y también provocan que otras personas se conviertan en el tipo de buena tierra que hace que produzcan más frutos aún, personas que también se comprometen con el Mesías y el reino de los cielos.
Jesús dice que la buena tierra produce cien, sesenta y treinta veces lo plantado. Los comentaristas no están de acuerdo sobre si durante los días de Jesús eso se podría haber considerado como una buena cosecha; quizás cosechas así habrían sido consideradas como cosechas excelentes en las regiones áridas de Palestina, y en áreas más fértiles de Israel se habría considerado como una cosecha mediocre. En cualquier caso, Jesús no estaba hablando literalmente del trigo, sino que está describiendo a discípulos comprometidos que, a través de su servicio, enseñanza y ejemplo, guiaban a otros con el objetivo de que comprendieran y recibieran la palabra del reino.
Los intérpretes y los eruditos difieren sobre cómo aplicar estos versículos. Una minoría sugiere que Jesús quiere decir que esto es una parábola que trata sobre la salvación eterna haciendo un contraste con la condenación eterna. Otros interpretan esto como una lección sobre los discípulos que son productivos y aquellos que no lo son. La mayoría, sin embargo, sugiere que la parábola debe leerse dentro del contexto del ministerio de Jesús en Israel; los israelitas que reciben a Jesús y aceptan que Él es el Mesías se hacen partícipes del reino que Él estaba estableciendo. Ciertamente hay paralelismos útiles que podrían referirse a la salvación y al discipulado, pero el contexto principal del pasaje no parece tratar sobre esos temas.