¿Qué significa Mateo 18:27?
Después de enseñar que los cristianos deben perdonar siempre que alguien se lo pida (Mateo 18:21–22), Jesús ilustró esa verdad con una parábola. Un siervo le debía a su rey 10.000 talentos, cada talento equivalía a veinte años de trabajo. Una cantidad imposible de devolver para un siervo de un rey. Ciertamente eso era una señal de la paciencia que el rey había tenido con el siervo (Romanos 2:4). Como el siervo no podía pagarle, el rey ordenó que Él y su familia fueran vendidos como esclavos para que así pudiera devolverle algo de dinero (Mateo 18:23–25).El siervo le ha suplicado al rey que tuviera paciencia, y le promete devolverle todo lo que le debía. Esto, obviamente, era imposible (Mateo 18:26).
Entonces, el rey se apiadó del hombre, y decidió perdonarle todo el pago, y el siervo se fue. Las personas que estaban escuchando a Jesús seguramente pensaron que esto no podía pasar, tanto que el siervo le debiera esa cantidad de dinero como que el rey finalmente se lo perdonara todo. Sin embargo, el rey en la historia de Jesús hizo exactamente eso.
El significado que hay detrás de la parábola de Jesús está empezando a tomar forma, y seguramente algunas de las personas que la estaban escuchando comenzaron a entenderlo. Aparentemente, la deuda del pecado a menudo se comparaba con las deudas financieras durante ese tiempo. En este caso, un rey poderoso dejó que uno de sus siervos acumulara una deuda impresionante, y al final incluso llegó a perdonársela. En realidad, esto pretende ser una poderosa analogía para la salvación a través de la fe en Cristo (Romanos 5:8; Tito 3:5).
Sin embargo, la parábola todavía no se ha terminado La pregunta inicial de Pedro trataba sobre si un creyente debía perdonar a otro creyente, y cuántas veces debía hacerlo. El vínculo con la pregunta de Pedro surge durante la siguiente parte de la historia (Mateo 18:28).
En Mateo 18:21–35, Jesús responde a la pregunta de Pedro sobre cuántas veces debemos perdonar a un hermano que peque contra nosotros. Jesús cuenta una parábola sobre el siervo de un rey. El rey le perdona la enorme e impagable deuda que el hombre acarreaba consigo. Sin embargo, el siervo se niega más tarde a perdonar una deuda mucho menor que alguien le debía a Él y hace que metan a ese hombre en prisión. El rey se pone furioso y le pregunta al siervo la razón por la que no le mostró la misma misericordia que Él había recibido. Al final, el rey hizo que encarcelaran al hombre hasta que lo pagara todo. Jesús dice que Dios Padre hará lo mismo con aquellos que no perdonan a sus hermanos.
En este capítulo, Jesús usa dos preguntas de los discípulos para enseñarles algunas lecciones importantes. El "mayor" en el reino es el que se humilla tanto como un niño. Ser tentado es algo inevitable en nuestra vida terrenal, pero vale la pena llegar a los extremos para no caer en el pecado. Aun así, los que se caen no deben ser odiados ni despreciados. Dios Padre los valora mucho y no quiere que ninguno de ellos perezca. De hecho, Jesús establece un proceso claro y cuidadoso para ayudarnos a enfrentarnos al pecado en los demás antes de que debamos alejarlos de la comunidad. Cristo tambiÉn responde a la pregunta de Pedro sobre el perdón con una parábola. Esa historia representa tanto la asombrosa naturaleza del perdón de Dios como la forma en que debemos responder nosotros siendo cristianos.