¿Qué significa Mateo 18:3?

Puede que sea prácticamente imposible que las personas que leemos esto en la actualidad entendamos lo verdaderamente impactante que es la declaración de Jesús que aparece en este versículo y el siguiente. Los niños pequeños no tenían ningún tipo de estatus social en una cultura que era muy consciente de lo importante que era el estatus en el mundo judío, griego y romano de esa época. A los niños se les amaba, valoraba y quería, pero no tenían ninguna voz en las decisiones que realmente afectaban sus vidas. En comparación con los adultos, los niños estaban completamente indefensos.

Los discípulos le habían hecho a Jesús una pregunta que surgió de sus propias disputas acerca de quién de ellos era el más grande. Querían saber quién sería el mayor en el reino de los cielos. Jesús comienza diciéndoles que necesitan "volverse" como niños o ni siquiera entrarían en el reino de los cielos.

En otras palabras, nadie puede ganarse la entrada al reino de los cielos derrotando a los demás o demostrando haber logrado algo. Los que quieran entrar deben volverse humildes reconociendo que, al ser como niños pequeños, están totalmente indefensos ante las circunstancias de sus propias vidas. De este modo, dependen completamente de Dios para que les de lo que necesitan y los proteja. Esa clase de humildad, honestidad y dependencia de Dios es lo que nos ayuda a entrar en Su reino.

Jesús no está diciendo que los niños sean ejemplos de madurez, ni tampoco está sugiriendo que no fueran pecadores o fueran inocentes o nobles necesariamente, sino que los niños no tienen los medios para cubrir sus propias necesidades, ni tampoco pretenden querer ser los más importantes. Los niños entienden que dependen de los demás. Los discípulos aún no habían alcanzado ese nivel de humildad en su fe en Cristo, ni tampoco dependían de Jesús totalmente para que Él pudiera lograr cumplir Su voluntad a través de ellos.