¿Qué significa Mateo 19:26?
Los discípulos se quedaron boquiabiertos cuando Jesús dijo que era más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja que un rico entrara en el reino de Dios. Su cultura pensaba que Dios favorecía a los ricos y que eran capaces de lograr cualquier cosa. Cuando Jesús dijo que los ricos no podrán alcanzar el cielo, esto los habría dejado preguntándose sobre la manera en que alguien podría llegar incluso a tener la más mínima esperanza de poder alcanzar la salvación.Cristo responde con otro comentario impactante, uno que podría haber sido algo confuso al principio. Los discípulos probablemente esperaban que Jesús dijera que solo aquellos que son verdaderamente humildes o pobres en espíritu pueden salvarse (Mateo 5:3). O bien, que solo los que tienen la fe de un niño y dependen de Dios completamente pueden salvarse (Mateo 19:13–15). Sin embargo, Jesús no dijo nada de esto. En cambio, Jesús estuvo de acuerdo con los discípulos sobre el hecho de que es imposible salvarse "para el hombre".
Con esto, se añade más información aún sobre lo que Jesús dijo acerca de lo difícil que es salvarse para aquellos que son ricos (Mateo 19:23–24). Por lo tanto, en términos humanos, nadie puede alcanzar la salvación (Tito 3:5). Esa declaración también fue provocada por la conversación que Jesús tuvo con el joven gobernante rico que descubrió que, después de todo, su propia bondad no era tan buena como creía (Mateo 19:16–22). Jesús dijo que solo Dios es bueno. Entonces, no solo los ricos, sino también los pobres y las personas que pertenecen a la clase media, los religiosos y los pecadores, están en la misma situación. De este modo, es imposible que los seres humanos puedan hacer algo bueno para asegurarse la vida eterna con Dios en el cielo.
Sin embargo, ese no es el final de la declaración de Jesús, sino que añade que, con Dios, todo es posible. Jesús no cierra la puerta de la salvación, sino que dice que Dios es quien debe llevarla a cabo. Sin embargo, Jesús no explica en este momento la manera en que Dios iba a hacerlo: a través de Su muerte en la cruz para pagar por los pecados de la humanidad.