¿Qué significa Mateo 20:16?
Este versículo enmarca este pasaje junto con Mateo 19:30. Jesús les había asegurado a los discípulos que recibirían una gran recompensa en el reino de los cielos por todo lo que habían sacrificado por Su causa, y también recibirían la vida eterna. Sin embargo, Jesús añadió que muchos de los primeros serían los últimos, y los últimos, los primeros en el reino de los cielos (Mateo 19:27–30). Luego, Jesús contó la parábola en este pasaje (Mateo 20:1) para ilustrar lo que quiso decir con eso.Ahora Jesús hace la misma declaración en orden inverso para demostrar que Él ya había explicado lo que significa que los últimos serán primeros y los primeros serán los últimos. Quizás esto es cierto, pero no todos los comentaristas están de acuerdo acerca de lo que Jesús quiso decir exactamente.
Algunos sugieren que esta parábola se trata de Israel y los gentiles que finalmente entrarían en el reino de los cielos a través de la fe en Cristo. Al acercarse a Dios a través de Cristo, esto los hizo convertirse en los primeros, aunque hubieran llegado a ser incluidos en la familia de Dios al final. Otros piensan que Jesús estaba describiendo un cambio de paradigma en cuanto a lo que significa ser o no ser importante en la Tierra, haciendo que los ricos se vieran como pobres y a los más desfavorecidos como las personas más importantes. Otros eruditos creen que el significado de la parábola debería limitarse a los propios discípulos, y que Jesús la compartió para que dejaran de discutir sobre quién era el mayor entre ellos.
La conclusión de la parábola, sin embargo, parece ser que Dios recibirá y recompensará a todos en base a Su gracia. Dios les da mucho a quienes Él quiere dárselo, en Cristo, y no se basa en la dignidad de las personas, sino en Su propia generosidad. Algunos de los que son los últimos, los que "menos se merecen" la recompensa de entrar en el reino de los cielos, pueden llegar a ser los primeros en recibir la gracia de Dios precisamente por su aparente falta de trabajo o esfuerzo. En cambio, aquellos que dieron mucho por Jesús y aparentemente hicieron grandes cosas por Dios quizás podrían llegar a ser los últimos cuando se trata de recibir su recompensa. Al final, todo depende de Dios.