¿Qué significa Mateo 20:33?

Los ciegos le pidieron a Jesús algo simple, pero al mismo tiempo algo que solo Dios puede hacer. Estas personas que estaban a un lado del camino le pidieron al Mesías, el Hijo de David, que les abriera los ojos (Mateo 20:29–32). Los eruditos sugieren que las personas que eran ciegas quizás iban a Jericó porque en esa región se fabricaban o había muchos tipos de bálsamos, algo que se pensaba que era útil para curar los defectos de la vista. Si esa era la razón por la que estos dos hombres estaban allí, claramente esos bálsamos no les habían funcionado. Estos ciegos necesitaban un tipo de ayuda que estaba más allá de lo que podían proporcionar las técnicas de curación que existían en su cultura.

Cuando se dieron cuenta de que estaban tan cerca de Jesús, el Mesías, se negaron a quedarse callados. Lo llamaron una y otra vez, la multitud comenzó a molestarse, pero siguieron haciéndolo hasta que Jesús finalmente les respondió. Ellos le pidieron que hiciera algo que solo Él podía hacer. De hecho, fue una buena idea insistir de la manera que lo hicieron: Jesús estaba de camino a la crucifixión (Mateo 20:17–19), lo cual significaba que esta fuera la última oportunidad que habrían tenido de interactuar con Él.