¿Qué significa Mateo 21:1?
Jesús y Sus discípulos salieron de Galilea y estaban de camino a Jerusalén. Jesús les dijo que en Jerusalén sería entregado a los líderes religiosos judíos, después a los gentiles y después sería crucificado, y añadió que resucitaría al tercer día (Mateo 16:21; 17:22; 20:18–19). En este momento estaban muy cerca de la ciudad.El capítulo anterior terminó diciendo que Jesús y los discípulos estaban cerca de Jericó, a unas quince millas a pie de Jerusalén, y estaban usando un camino militar romano que se eleva a unos 3000 pies de altura. El camino probablemente estaba lleno de personas que se encontraban de camino a Jerusalén para la Pascua, así como también de personas que estaban siguiendo específicamente a Jesús. Betfagé estaba a una milla de Jerusalén, en la ladera oriental del Monte de los Olivos.
Jesús eligió a dos de los discípulos para que fueran a un pueblo cercano y le trajeran un animal en el que pudiera montarse una vez entrara en la ciudad (Mateo 21:2).
Mateo 21:1–11 describe el momento en el que Jesús hizo Su entrada final y "triunfal" en JerusalÉn. De hecho, entró montado en un burrito durante la última milla más o menos para así cumplir intencionalmente una profecía que Zacarías hizo sobre la llegada del rey a JerusalÉn. Las multitudes lo alabaron porque sabían que era el Mesías, y llenaron el camino de ramas y sus propios mantos. Todo el mundo gritaba, "¡Hosanna al Hijo de David!" y "¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!" tal y como aparece en el Salmo 118. El evento al que ahora llamamos "Domingo de Ramos" provocó un gran revuelo en JerusalÉn, y muchas personas comenzaron a preguntar quiÉn era Jesús realmente.
Jesús cumple una profecía de Zacarías sobre que el rey vendría a JerusalÉn montado en un burro. El pueblo lo celebra y comienza a alabarlo sabiendo que Él era el Mesías. Jesús expulsa a los comerciantes y cambistas del templo y sana a algunas personas. Jesús tambiÉn maldice una higuera y les dice a los discípulos que nada les parecerá imposible si tienen fe. Jesús obliga a los líderes religiosos a darle una respuesta sobre Juan el Bautista que muestra claramente su cobardía e hipocresía. Luego, Jesús expone su espiritualidad fraudulenta con dos parábolas que tratan sobre dos viñedos. Jesús se aplica a sí mismo un salmo sobre una piedra que el mundo iba a rechazar, la cual el Señor finalmente decide convertir en la piedra angular.