¿Qué significa Mateo 21:5?
Mateo está haciendo referencia a dos escrituras del Antiguo Testamento que contienen mensajes similares. La primera es Isaías 62:11 y el resto proviene de Zacarías 9:9. Mateo nos está demostrando la manera en que la entrada de Jesús a Jerusalén montado sobre un burro representaba el cumplimiento de estas profecías (Mateo 21:1–4). Ambos versículos se dirigen a la "hija de Sión", que era un nombre común en el Antiguo Testamento para referirse a la ciudad de Jerusalén (2 Samuel 5:7; 1 Rey 8:1).El principal aspecto profético de este pasaje es que Zacarías describe al Rey prometido volviendo con Su pueblo de Jerusalén lleno de humildad y montado sobre un burro. Zacarías especifica que el animal es un burro o un "animal de carga". Jesús entrará en Jerusalén montado en un burrito. Zacarías estaba describiendo la llegada del Rey de los judíos.
La elección de un burro es, en sí mismo, algo importante. La gente esperaba que el Mesías iba a ser un conquistador que comenzaría una guerra contra los romanos, pero esa no era la misión de Jesús (Juan 18:36). Los caballos son animales ideales para la guerra, por lo que alguien que quisiera comenzar una guerra lo haría presentándose montado en un caballo. En la actualidad, esto equivaldría a un general entrando en una ciudad que acaba de ser conquistada montado en la parte trasera de un tanque. Jesús, por otro lado, vino montando en el equivalente de una camioneta: un burro. En lugar de enfatizar Su poder, Jesús primero quiso enfatizar Su humildad. Durante la segunda venida de Jesús, en cambio, Jesús vendrá con un poder espectacular, listo para comenzar el juicio del mundo (Apocalipsis 19:11–16).
Mateo, sin embargo, no cita todo el pasaje de Zacarías, el cual menciona que el rey era "justo y salvador", pero eso es exactamente lo que Jesús estaba haciendo. Estas palabras de Zacarías apuntaban claramente a la llegada del Mesías a Jerusalén. Jesús eligió esa imagen para dejarles perfectamente claro a aquellos que conocían las Escrituras que Él era ese rey.
Este cumplimiento de la profecía, como tantos otros, servirá para reforzar mucho más la fe de los discípulos después de la muerte y la resurrección de Jesús (Juan 2:22; 14:26).