¿Qué significa Mateo 22:27?
Esto forma parte de un desafío que los saduceos le estaban planteando a Jesús. Esta secta del judaísmo, la cual era más política que religiosa, no creía que los seres humanos resucitarían de entre los muertos. De hecho, no creían que hubiera una vida después de la muerte, ni tampoco creían que hubiera un mundo espiritual. Lo que le estaban proponiendo a Jesús era una situación hipotética para ilustrar algo que ellos consideraban como una idea teológica absurda: la resurrección (Mateo 22:15–26).Deuteronomio 25:5–10 describe una práctica llamada matrimonio Levirato. Cuando un hombre que estaba casado pero no tenía hijos fallecía, su hermano debía casarse con su mujer y tener un hijo con esta viuda para que su hermano pudiera tener descendencia y la viuda pudiera tener alguien que la cuidara.
Los saduceos se imaginaron una situación en la que los siete hermanos acabaron casándose con la misma mujer y todos acabaron muriendo mientras obedecían la ley del matrimonio levirato. Entonces, la mujer también falleció. El siguiente versículo nos revelará la idea a la que los saduceos querían llegar: en la resurrección, esta mujer tendría siete esposos, algo que para ellos era algo ridículo. Cuando llegue su momento, Jesús corregirá las suposiciones que los saduceos se hicieron mientras le presentaron esta situación a Jesús (Mateo 22:29–32).
Mateo 22:23–33 contiene otro desafío para Jesús. Este desafió vino de los saduceos: un grupo religioso judío que no creía en el más allá. En un intento de afirmar su propia perspectiva, le describieron a Jesús una situación hipotÉtica basada en un requisito de la Ley de MoisÉs. Una mujer se llegó a casar con siete hermanos, uno tras otro, debido a que uno a uno se fueron muriendo. ¿De quÉ hermano sería la esposa en la resurrección? Jesús les dice que la pregunta era un error en sí, ya que el matrimonio no existirá en la resurrección. Luego, Jesús hace referencia a las Escrituras para mostrar que el Señor es el Dios de los vivos, incluidos los patriarcas fieles como Abrahán y Jacob. Marcos 12:18–27 y Lucas 20:27–40, registran este mismo intercambio.
Jesús, quien estaba hablando con unos líderes religiosos que se habían enojado mucho por todo lo que había pasado, les contó una parábola que comparaba el reino de los cielos con un banquete de bodas al que acabaron asistiendo personas que no habían sido invitadas desde un principio. Jesús tambiÉn responde a algunas de las preguntas-trampa que le hicieron sobre los impuestos, el matrimonio, la resurrección y la Ley de MoisÉs. Las respuestas que Jesús les dio se usan comúnmente en español como frases idiomáticas: "den al CÉsar…" y "porque son muchos los llamados, pero pocos los escogidos". Finalmente, Jesús preguntó sobre cómo podía ser el Mesías tanto el hijo de David como el Señor de David. Nadie pudo responderle, así que dejaron de desafiarlo en público.