¿Qué significa Mateo 23:35?
La ira de Dios es algo que se puede ir almacenando hasta que el pecado alcanza un punto crítico; entonces, Dios decide dejar caer Su juicio (Mateo 23:29–34). Los fariseos y los escribas de la época de Jesús alcanzaron ese punto de inflexión a través de sus propias acciones pecaminosas. Tal y como lo predijo Cristo, estos hombres continuarían asesinando y oprimiendo a los que llegaron a creer en Jesús (Hechos 8:1–3). Jesús habla de esa generación como si hubieran acumulado miles de años de pecado usando una metáfora escalofriante.Los "justos" que se nombran aquí fueron aquellos que siguieron a Dios con humildad y sinceridad. Abel fue víctima del primer asesinato de la humanidad, y fue asesinado por su hermano Caín debido a un ataque de celos (Génesis 4:4–8). El asesinato de Zacarías, el cual fue un acto que se realizó en contra de un mensajero de Dios (2 Crónicas 24:20–22), también estuvo relacionado con el pecado de estos escribas y fariseos. Estos dos incidentes ocurren al principio del libro de Génesis y al final del libro de 2 Crónicas. En las Escrituras judías de esa época, esos se consideraban el primer y el último libro, respectivamente. En un sentido literario, Jesús se estaba refiriendo a los profetas y a los mensajeros que fueron martirizados a lo largo de todo el Antiguo Testamento.
Los escépticos a veces dicen que Jesús menciona a Berequías como si fuera el padre de Zacarías. En cambio, en el capítulo 24 de 2 Crónicas, se nos dice que su padre se llamaba Joiada. Es posible que Jesús se estuviera refiriendo al profeta que se menciona en Zacarías 1:1. O bien, el Zacarías de 2 Crónicas era descendiente de un hombre llamado Berequías, en lugar de ser su descendiente inmediato.
Es interesante notar que el Zacarías que se describe en 2 Crónicas 24:20–22 dijo: "…Jehová lo vea y lo demande" Jesús predice que ese mismo tipo de venganza caería sobre los escribas y los fariseos de Su época.