¿Qué significa Mateo 23:5?
Los escribas y fariseos, los líderes religiosos de Israel, no practicaban lo que predicaban. Jesús está describiendo la hipocresía que había detrás de su apariencia pública y religiosa (Mateo 23:1–4).Jesús entra en detalles en este pasaje. Quizás los líderes religiosos hacían lo que era correcto a nivel religioso según sus propias interpretaciones, pero lo hacían con el objetivo de que los demás los vieran. De hecho, querían la aprobación y el reconocimiento del pueblo, y querían que la gente pensara de ellos que eran hombres buenos y religiosos. Una forma de hacer esto era a través de su apariencia externa, y aquí se nombran las filacterias y los flecos.
Las filacterias también reciben el nombre de "tefilín". Son pequeñas cajas de cuero con pedazos de pergamino que contienen partes de las Escrituras. Las cajas de filacteria se ataban al brazo izquierdo o a la frente para obedecer literalmente el pasaje que aparece en Deuteronomio 11:18. Las Escrituras que se colocaban dentro eran Éxodo 13 y Deuteronomio 6.
Los flecos, o borlas, son pedazos de hilo que iban colgados de un cordón azul, y se ataban a las cuatro esquinas de la vestimenta de un hombre judío, siguiendo la regla que aparece en Números 15:38–39: "habla con los hijos de Israel, y diles que ellos y sus descendientes deben ponerse franjas en los bordes de sus vestidos. En cada franja de los bordes deben poner un cordón de púrpura. Esa franja les servirá para que, cuando la vean, se acuerden de poner en práctica todos mis mandamientos, y para que no se fijen en lo que ven o en lo que piensan, para que no se prostituyan".
Es importante señalar que Jesús no estaba condenando el uso de las filacterias o los flecos; no había nada malo en esos objetos, ni tampoco en el hecho de usarlos. Más bien, Jesús estaba diciendo que los líderes religiosos hacían un alarde excesivo de esos objetos: sus filacterias eran grandes y anchas y sus flecos se extendían excesivamente para que todos los notaran. Su intención a la hora de hacer esto no era principalmente honrar a Dios, sino que era recibir el elogio de los demás. De esta manera, se olvidaron de la razón por la que estos objetos religiosos existían: recordarles que la ley era lo primero.