¿Qué significa Mateo capitulo 24?
Después de que Jesús les habló a los escribas y a los fariseos acerca del juicio de Dios que vendría sobre ellos (Mateo 23:13) y la ciudad de Jerusalén (Mateo 23:37–398), Jesús salió del templo y se fue hacia el Monte de los Olivos junto con Sus discípulos. Uno de Sus discípulos comenzó a hablar de los edificios del templo. Entonces, Jesús comenzó a describir otra terrible declaración sobre el juicio de Dios que iba a caer sobre Jerusalén. Jesús dijo que el templo iba a ser destruido: no quedaría piedra sobre piedra. La historia nos indica que esta profecía se cumplió en el año 70 d.C. Después del asedio de Jerusalén y la masacre de su gente, los romanos quemaron el templo y luego lo destruyeron por completo para poder llevarse los metales preciosos que se habían derretido entre los escombros (Mateo 24:1–2).Después de que Jesús se sentó en el Monte de los Olivos mirando hacia el Templo, los discípulos le pidieron más detalles al respecto, sobre todo acerca del "fin de la era", es decir, el fin de los tiempos. También se preguntaban cuándo iba a regresar Jesús. La respuesta de Cristo nos lleva desde este capítulo hasta el final del capítulo siguiente (Mateo 24:3).
Jesús comienza a describir un tiempo en el que él se habrá ido de la Tierra y los discípulos se quedarían solos. Les advirtió que vendrían muchas personas pretendiendo ser el Cristo: el Mesías. Escucharían noticias y rumores sobre conflictos, violencia y otros tipos de tragedias. Llegaría un momento en el que comenzaría a haber conflictos internacionales, hambrunas y desastres naturales. Sin embargo, eso no significará que el final habrá llegado. A lo sumo, esas señales nos indicarán que el fin se estará acercando (Mateo 24:4–8).
Los seguidores de Cristo sufrirán muchísimo durante ese tiempo, ya que la gente los perseguirá y los matará. La gente los odiará porque también odiarán a Cristo. Muchos de los seguidores de Jesús que parecían ser sinceros se verán presionados hasta el punto de traicionar e incluso odiar a las personas que antes consideraban sus amigos. También comenzarán a surgir personas que intentarán hablar sobre mentiras y alejarán de la fe a muchos cristianos. El rechazo de la moralidad y la ley se hará mucho más evidente. El amor sincero comenzará a desaparecer del mundo. Sin embargo, aquellos que sobrevivan a estos eventos podrán ser testigos de que el evangelio será predicado en todo el mundo, justo cuando llegue el fin (Mateo 24:9–14).
El profeta Daniel ya habló sobre una de las señales más importantes que marcarán el comienzo del fin del mundo (Daniel 8:13; 9:27; 11:31; 12:11). La "abominación desoladora" traerá consigo algún tipo de profanación depravada e indefinida del templo. Las personas que sean testigos de esto deberán salir corriendo para poder salvarse, y no deberán pararse. Esos días serán muchísimo más terribles de todo lo que habrá acontecido en la Tierra hasta ese momento. Jesús los describe como si fuera una gran tribulación. De hecho, esos eventos serán tan terribles que llegarán a poner en peligro la supervivencia misma de la raza humana (Mateo 24:15–22).
Aunque finalmente ocurrieron algunas cosas bastantes terribles en el año 70 d.C., esos eventos no fueron tan terribles como los que Jesús describió durante este pasaje. Lo más probable es que Jesús estuviera hablando sobre el futuro, el fin del mundo. Cuando Jesús vuelva al mundo, no lo hará en secreto, sino que todo el mundo lo verá. Por lo tanto, si algunas personas comienzan a decir que Cristo ha vuelto, pero hay personas que no se haya dado cuenta de Su regreso, eso es exactamente lo que determinará que estarán mintiendo. La segunda venida será obvia para todo en el mundo, incluidas las señales que ocurrirán antes de que llegue ese día. En algún momento, aparecerá la "señal del Hijo del Hombre", sobre la cual no se nos da muchos detalles. Cuando Jesús envíe a Sus ángeles para llevarse a los elegidos, el resto del mundo comenzará a lamentarse (Mateo 24:23–31).
Jesús dijo después que cuando las personas vean estas señales, sabrán que Su regreso ocurrirá muy pronto. Así como las hojas en flor de una higuera señalan la llegada inminente del verano, esos eventos indicarán el regreso de Cristo de la misma manera. La generación de personas que estaban vivas cuando Jesús estuvo en la Tierra no sería la que vería todo esto (Mateo 21:43). Más bien, las personas que sean testigos y puedan observar esas señales catastróficas serán los que al final experimentarán el fin del mundo (Mateo 24:35).
Al mismo tiempo, nadie puede saber ni predecir el momento en el que Jesús volverá a la Tierra. Las señales serán obvias, pero únicamente cuando comiencen a suceder. Por lo tanto, nadie sabe o sabrá cuándo ocurrirá todo esto. Esa es la razón por la que los seguidores de Jesús deben vivir en un constante estado de preparación. Entonces, Jesús comenzó a compartir una serie de parábolas para mostrarles a los cristianos de qué manera debían vivir para estar preparados. Cuando el dueño vuelva, le dará una recompensa al siervo que esté sirviéndolo, y castigará al siervo que se esté sirviendo a sí mismo.