¿Qué significa Mateo 27:3?

Tal y como lo había hecho antes, Mateo cambia de escena de manera repentina, y va desde Jesús hacia uno de sus discípulos. El capítulo anterior terminó con Pedro negando a Jesús tres veces antes de que cantara el gallo, tal y como el Señor dijo que ocurriría (Mateo 26:69–75). Luego se escapó llorando amargamente por no haber estado al lado de Jesús por miedo a perder su propia vida.

Entonces, Mateo pasa a hablar de Judas, el traidor. A diferencia de Pedro, Judas no tuvo que lidiar con ninguna lucha interior a la hora de traicionar a Jesús, sino que se comprometió a traicionar a Jesús por adelantado y luego lo cumplió (Mateo 26:14–16). Después de haberlo traicionado, Judas comenzó a arrepentirse de lo que había hecho.

Al darse cuenta de que el Sanedrín había sentenciado a muerte a Jesús, Judas comenzó a cambiar de opinión acerca de lo que había hecho. Quizás no sabía lo que le iba a pasar a Jesús. Tal vez no podía imaginarse ningún crimen por el cual podrían culpabilizar a Jesús. Quizás quería obligar a Jesús a que usara Sus extraordinarios poderes frente al Sanedrín para que finalmente llegara al trono de Israel. Simplemente podría haberse dado cuenta de la maldad de lo que había hecho. En cualquier caso, es en este momento cuando Judas se dio cuenta de que Jesús no se merecía morir (Mateo 27:4).

Los principales sacerdotes y ancianos le dieron a Judas treinta piezas de plata por haber traicionado a Jesús. Judas intentó devolverles el dinero con la esperanza de revertir lo que había hecho de alguna manera, aunque no sabemos a ciencia cierta lo que Judas esperaba conseguir al hacer algo así.