¿Qué significa Mateo 27:5?
Judas estaba muy angustiado. Cuando escuchó que Jesús había sido condenado a muerte, se arrepintió de su decisión de llevarse treinta piezas de plata como pago por haberles entregado a Jesús a sus enemigos (Mateo 26:14–16). Judas trató de devolverles el dinero, pero los líderes religiosos judíos que le pagaron no lo quisieron de vuelta, ni tampoco querían escuchar la confesión de Judas de que había pecado al traicionar a una persona inocente (Mateo 27:1–4). Los líderes religiosos no estaban por la labor en absoluto, ya fuera porque no querían involucrarse en este problema o porque en realidad no les importaba en absoluto.Sin embargo, la conciencia de Judas estaba gritándole desde su corazón, por lo que finalmente no pudo quedarse con el dinero. Entonces, decidió arrojarlo en el templo mientras salía de allí. Inmediatamente después de esto, se fue y se suicidó. Judas se colgó y se ahorcó, lo que probablemente significa que saltó desde una repisa alta con una cuerda atada alrededor de su cuello. El Libro de los Hechos apoya esta teoría y nos aporta algunos detalles adicionales que son bastante espeluznantes: como parte de este suicidio, o algún tiempo después, el cuerpo de Judas se cayó y se esparció por el suelo (Hechos 1:16–18).
Algunas culturas consideran que el suicidio es una forma noble de acabar nuestra vida en circunstancias específicas. Las culturas altamente impulsadas por el honor lo han usado con el fin de expiar ciertas acciones que socialmente se consideraban extremadamente vergonzosas. Otros lo ven como una forma aceptable de evitar la muerte antes de someterse a una o varias personas. Sin embargo, los judíos religiosos más estrictos de la era de Judas tenían una visión del suicidio similar a las que profesa el cristianismo moderno: el suicidio es un acto de desesperación que no está bien, ya que es un acto de rebelión pecaminosa que va en contra de la soberanía que Dios tiene sobre la vida. De hecho, es bastante trágico que el remordimiento de Judas lo llevara a suicidarse en lugar de llevarlo hacia un arrepentimiento real (Mateo 26:24; Marcos 14:21).