¿Qué significa Mateo 27:64?
Los líderes religiosos de Jerusalén estaban preocupados de que los discípulos de Jesús pudieran continuar diciéndole a la gente que Él era el Mesías. Aunque Jesús estaba muerto (Mateo 27:50), recordaron haber escuchado a Jesús decir que resucitaría después de tres días (Juan 2:19–22). Su preocupación es que Sus seguidores robaran el cuerpo y luego comenzaran diciéndoles a todos que Jesús estaba vivo. Los sacerdotes y escribas insistieron en que tal fraude causaría aún más problemas de los que Jesús causaría si todavía estuviera vivo.Los fariseos y los sacerdotes sabían que era imposible crucificar a alguien que ya estaba muerto, y tampoco era posible perseguir a una persona que existiera solo en la mente de Sus seguidores. De hecho, tampoco podían decir que había un fantasma que en realidad era un impostor. ¿Cómo podrían argumentar en contra de una falsa resurrección si no se encontrara ningún cuerpo? Finalmente, idearon un plan: pedirle al gobierno romano que sellara oficialmente la tumba y la protegiera. Eso los protegería de cualquier manipulación y retendría el cuerpo de Jesús dentro como prueba de que Él había sido un falso profeta (Mateo 27:62–63).
Aunque a Pilato apenas le interesaban las disputas religiosas (Juan 18:29–31), en ese momento sí reconoció que esta situación podría llegar a ser peligrosa y, finalmente, accedió a colocar a un guardia cerca de la tumba (Mateo 27:65–66).