¿Qué significa Mateo 28:20?

El versículo final del evangelio de Mateo es también el versículo final de la Gran Comisión (Mateo 28:18–19). Antes de ascender al cielo para reunirse con Su Padre (Hechos 1:6–11), Jesús estaba definiendo el trabajo y la misión que Sus discípulos debían desempeñar en la Tierra mientras que fueran representando al Rey eterno por todo el mundo.

Jesús les dijo a los discípulos que "hicieran discípulos". Esta ha sido la principal misión externa de la iglesia cristiana desde ese mismo día hasta hoy. A los seguidores de Jesús se les ha ordenado hacer más discípulos de Jesús, lo que significa enseñarles y entrenarles sobre temas que se relacionan con la fe. Las Escrituras son una parte integral de ese proceso (2 Timoteo 3:16), pero no representan el proceso completo en sí mismo. El mandamiento de Jesús no fue "hacer copias de la Biblia", sino hacer discípulos.

Así como los discípulos se comprometieron a servirle a Jesús, quien los capacitó Él mismo para que pudieran cumplir esta misión, los nuevos discípulos de Jesús deben comprometerse a servirlo mientras son capacitados por aquellos que los están enseñando (2 Timoteo 4:1–2). Este es un compromiso de por vida que todos nosotros hacemos con el rey del reino de los cielos.

Jesús señaló dos cosas específicas que se esperan de aquellos y aquellas que hayan confiado en Él y se hayan comprometido a seguirlo y a convertirse en Sus discípulos. Lo primero es el bautismo por agua. El ministerio de Jesús comenzó con Su propio bautismo. El bautismo está destinado a ser una declaración pública de que las personas que creen en Jesús le pertenecen a Él desde ese momento en adelante. Jesús les ordenó a los discípulos que bautizaran a los creyentes en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Entonces, Jesús añade que también se espera que los discípulos lo obedezcan (Juan 14:15). Los discípulos de Jesús deben enseñarles a los nuevos creyentes en Jesús a obedecer todo lo que Él nos enseñó a través de Su palabra. Por tanto, obedecer las enseñanzas de Jesús debe convertirse en la práctica estándar de todo cristiano y cristiana.

Finalmente, Jesús prometió estar con Sus discípulos para siempre, hasta el final de la era. Pronto nos quedará claro que Él no se refirió a esto en un sentido físico, ya que estaba a punto de ascender al cielo, en Su forma física, para estar a la diestra de Dios Padre. Lo que Jesús quiso decir es que estaría con Sus discípulos en espíritu desde el momento en que el Espíritu Santo llegó al mundo para habitar en el corazón de todas las personas que confían en Cristo durante el día de Pentecostés (Hechos 2).

La palabra "siempre" (todos los días) que aparece en este versículo, proviene de una frase griega única que solo se usa en este pasaje del Nuevo Testamento: pasas tas hēmeras, la cual literalmente significa "la totalidad de cada día". Esto luego se extiende mucho más con la idea de "toda la eternidad" gracias a la expresión h󠅍eōs tēs synteleias tou aiōnos, la cual significa "hasta el fin del mundo ". La promesa de Jesús es estar con Sus seguidores, en Espíritu y en Verdad (Juan 4:24) cada minuto de cada día, hasta el final de la era presente, y por el resto de la vida eterna más allá (Juan 3:16–18).