¿Qué significa Mateo 3:1?

El relato de Mateo sobre la vida de Jesús avanza en el tiempo entre los capítulos 2 y 3. El apóstol no nos dice nada de lo que sucedió desde que José se estableció en Nazaret hasta el encuentro entre Jesús y Juan el Bautista en Mateo 3. Por lo tanto, han pasado alrededor de 25 a 30 años.

Lucas nos ofrece un relato muy completo sobre cómo nació Juan el Bautista, y de sus padres Zacarías y Elisabet, quienes pertenecían al linaje sacerdotal de los levitas (Lucas 1:5–25, 39–80), y el papel importante que desempeñarían en la preparación del camino que daría pie al comienzo del ministerio de Jesús.

Antes de que Juan naciera, un ángel del Señor le habló al padre de Juan sobre el tipo de hombre en el que Juan se convertiría: "Él hará que muchos de los hijos de Israel se vuelvan al Señor su Dios, y lo precederá con el espíritu y el poder de Elías, para hacer que los padres se reconcilien con sus hijos, y para llevar a los desobedientes a obtener la sabiduría de los justos. Así preparará bien al pueblo para recibir al Señor" (Lucas 1:16–17). El evangelio de Mateo nos presenta a Juan el Bautista haciendo exactamente eso.

Mateo comienza diciendo "en aquellos días". De hecho, podemos ubicar esta escena de este capítulo más específicamente entre los años 26 y 29 d.C. El profeta ya se había establecido como predicador en el desierto de Judea, que era un lugar áspero y seco que se ubicaba al oeste del río Jordán, cerca del Mar Muerto. Su ubicación implicaba que aquellos que deseaban escucharlo tenían que ir allí, ya que Juan no predicó en las áreas más transitadas de Israel.

A Juan se le conoce como "el Bautista" porque bautizaba a las personas como señal de su arrepentimiento del pecado, lo cual era la piedra angular de su ministerio.