Capítulo
Verso

Mateo 4:2

LBLA Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre.
NBLA Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre.
NVI Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
RV1960 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
JBS Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre.

¿Qué significa Mateo 4:2?

Dios el Espíritu Santo vino a reposar sobre Jesús mientras que Juan lo estaba bautizando en el río Jordán. Después, el Espíritu de Dios llevó a Jesús, el Hijo de Dios, hacia el desierto para someterse a un período de prueba durante el cual Cristo iba a ser tentado a pecar por Satanás. Este tiempo de prueba nos demostrará que Jesús nunca pecó a pesar de haber experimentado la tentación tal y como la experimenta cualquier ser humano (Hebreos 4:15).

El tiempo de Jesús en el desierto comenzó con 40 días y noches de ayuno. El "ayuno" a menudo se malinterpreta como un período en el que no se toma absolutamente nada de comida o agua; sin embargo, hay diferentes tipos de ayunos. Los comentaristas sugieren que Jesús bien pudo haber pasado todo ese tiempo sin comer, o al menos comiendo muy poco. Sin embargo, no es probable que se quedara sin agua. Jesús soportó todas Sus pruebas terrenales como un hombre completamente humano, al mismo tiempo que retuvo Su condición eterna como Hijo de Dios.

Los 40 días de Jesús en el desierto se hacen eco de los 40 años de los israelitas vagando por el desierto. Mateo conecta repetidamente la experiencia de Jesús con la del "hijo" de Dios, Israel. Esto incluye el regreso de Jesús a Israel desde Egipto (Oseas 11:1; Mateo 2:15) y otras situaciones diferentes que aparecen en las Escrituras. Mateo quiere que sus lectores se den cuenta de que Jesús era tanto un verdadero israelita como la persona que cumplió perfectamente la relación que Dios quería tener con Israel.

Las palabras de Mateo sobre la condición de Jesús nos podrían sonar como un eufemismo: Jesús tenía hambre. Sin embargo, este comentario es muy importante. Jesús no eliminó sobrenaturalmente su apetito, sino que quiso sentirlo. Por lo tanto, Jesús se habría sentido muy débil físicamente y habría tenido muchas ganas de comer. En ese estado de hambre y debilidad, Jesús tuvo que soportar las tentaciones del diablo. Estos acontecimientos nos ayudan a enfatizar el hecho de que Jesús no venció las tentaciones "haciendo trampas"; sino que las soportó como un ser humano.
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