¿Qué significa Mateo capitulo 4?
Mateo 3 terminó con el Espíritu Santo descendiendo sobre Jesús cuando salió del agua después de que Juan el Bautista lo bautizara; Dios Padre dijo que Jesús era Su Hijo amado (Mateo 3:16–17).El Espíritu Santo se llevó a Jesús inmediatamente desde ese momento de confirmación y validación al desierto para ser tentado por el diablo. Es importante darse cuenta de que este tiempo de prueba formaba parte del plan de Dios que había preparado para Jesús, el cual nos ayudaría a entender que, aunque Jesús era completamente humano y completamente Dios, permaneció completamente libre de pecado cuando fue tentado (Mateo 4:1).
Jesús ayunó durante 40 días y noches. "Ayunar" no siempre implica el hecho de no ingerir alimentos o agua durante un período de tiempo específico. Es casi seguro que Jesús bebió algo de agua durante este tiempo. Sin embargo, es posible que no comiera nada antes de que Satanás llegara para tentarlo. Satanás tentó a Jesús primero y le dijo que convirtiera las piedras en pan para alimentarse. La tentación aquí consistió en hacer algo "bueno", pero en el momento equivocado y por las razones equivocadas. Jesús respondió apropiadamente y le dijo al diablo que Su voluntad era la de depender de la provisión de Dios en todo momento, no de la Suya propia (Mateo 4:2–4).
La siguiente tentación de Satanás fue que Jesús saltara desde la parte más alta del templo en Jerusalén e hiciera que los ángeles lo salvaran de la caída. Parte de esta tentación implicaba el hecho de cambiar el significado de las Escrituras. Satanás citó un parte del Antiguo Testamento y desafió a Jesús de tal manera que intentó forzar a Dios a hacer algo por Jesús en ese momento, lo cual no formaba parte de Su voluntad. Jesús dijo de nuevo que no quería forzar la voluntad de Su Padre y volvió a citar un pasaje de Deuteronomio (Mateo 4:5–7).
La oferta final que le hizo Satanás consistió en llevar a Jesús a un lugar para mostrarle, probablemente a través de visiones, todas las naciones de la Tierra. El diablo le prometió a Jesús tanto poder como prosperidad si lo adorara. Esta tentación implicaba el hecho de abandonar a Dios a cambio de recibir beneficios terrenales. El diablo también tentó a Jesús de tal manera que causara algo de impaciencia en Su corazón: Dios ya le había prometido a Jesús todas esas cosas, pero a su debido tiempo. Jesús nuevamente se resistió a la tentación y citó las Escrituras. Es especialmente importante tener en cuenta que este es el único lugar en la Biblia donde se le ofrece prosperidad a una persona a cambio de adoración, y esa oferta es totalmente satánica (Mateo 4:8–10).
Habiendo sobrevivido a todas estas pruebas, Jesús echó al diablo de allí y los ángeles vinieron a ayudarle (Mateo 4:11).
Algún tiempo después de esto, Jesús se enteró de que Juan el Bautista había sido arrestado. Jesús regresó a su ciudad natal de Nazaret en Galilea y luego se mudó a Cafarnaún, un pueblo de pescadores situado cerca del Mar de Galilea. Mateo conectó la vida y el ministerio de Jesús en esta región con el cumplimiento de una profecía que se encuentra en Isaías 9:1–2. Esta región, que en el pasado se pensaba que era una región oscura y sumida en una sombra de muerte debido a su cercanía a las naciones gentiles y lo lejos que se encontraba de Jerusalén, recibió el amanecer de una gran luz. Esa luz era el Mesías, Jesús (Mateo 4:12–17).
Mateo dice que Jesús llamó a cuatro hombres para que lo siguieran y se convirtieran en Sus discípulos. Estos dos grupos de hermanos eran pescadores que trabajaban en el Mar de Galilea en Cafarnaún. Jesús primero llamó a Pedro y Andrés, quienes dejaron sus redes y de inmediato comenzaron a seguirlo. Jesús prometió hacerlos pescadores de hombres. A continuación, Jesús llamó a los hermanos Jacobo y Juan, quienes estaban remendando redes en una barca junto con su padre Zebedeo. Ellos también dejaron atrás inmediatamente sus carreras, negocios familiares y a su familia misma para seguir a Cristo (Mateo 4:18–22).
Jesús centró Su ministerio en la región norte de Galilea, y viajó con Sus discípulos de pueblo en pueblo. Enseñó en las sinagogas judías y proclamó las buenas nuevas de que el reino de los cielos estaba cerca. Además, demostró el poder y la gloria del reino sanando todo tipo de enfermedades y aflicciones, desde enfermedades básicas hasta posesiones demoníacas y parálisis totales. Jesús sanó a todo tipo de personas y todo tipo de condiciones (Mateo 4:23–24).
En realidad, no es sorprendente que Jesús se hiciera famoso rápidamente no solo en Galilea, sino en todas las regiones que había a su alrededor, desde Siria en el norte hasta Decápolis, o las "diez ciudades", las cuales estaban situadas en el sureste y en ambos lados del río Jordán. Grandes multitudes de todas partes comenzaron a seguir a Jesús de un lugar a otro para presenciar Sus milagros y escuchar Sus enseñanzas (Mateo 4:25).
Los que se quedaron cerca de Jesús tuvieron la oportunidad de escuchar el Sermón del Monte, el cual Mateo comienza a presentarnos en el capítulo 5.