¿Qué significa Mateo 5:15?

Las noches podían llegar a ser muy oscuras durante la época de Jesús. De hecho, todos los que viven con electricidad en la época moderna se quedarían impactados si experimentaran el nivel de oscuridad al que se llegaba por la noche durante el tiempo de Jesús. En una noche en la que la luna no se viera o estuviera nublado, a la gente le habría costado incluso ver sus propias manos. Por lo tanto, las cuevas y los interiores de las habitaciones grandes no tenían luz alguna.

Las personas podían alumbrar sus casas u hogares con fuego, especialmente con lámparas de aceite. A medida que las casas se iban oscureciendo después de la puesta del sol, las lámparas se encendían y, si estaban disponibles, se distribuían por toda la casa. El asunto era dónde se debían colocar. Las lámparas se colocaban en un soporte en el lugar más apropiado para que pudieran alumbrar lo máximo posible. Esta es, por tanto, la idea que hay detrás del comentario de Jesús en este versículo: ¿por qué alguien encendería una lámpara de noche y luego le pondría una canasta encima? Esto no tendría sentido, tal y como lo dice Jesús. La luz de las lámparas debe verse de la misma manera que la luz de Cristo debe verse en el mundo.

A modo de analogía, las personas que creen en Jesús deben ser como esas lámparas. De hecho, ellas son la única fuente de verdadera luz espiritual en el mundo, la luz de Cristo. Esa luz tiene que verse, por lo que Jesús les dice a Sus discípulos que no la escondan ni la cubran por ningún motivo. El siguiente versículo nos presenta una famosa expresión acerca de la necesidad de que la bondad cristiana se haga visible en todo el mundo. Las personas pueden distribuir la luz de Dios haciendo las cosas que Cristo hizo primero. Por lo tanto, si uno o una deja de hacer esas buenas obras, entonces, eso sería como tapar la única lámpara que pudiera haber en un cuarto oscuro; ocultar la luz de la lámpara provocaría que la lámpara en sí dejara de tener sentido alguno.