¿Qué significa Mateo 5:20?
Jesús ha sido muy contundente y claro sobre algo que puede resultarnos difícil de entender: Jesús no vino a abolir la ley de Moisés, sino a cumplirla. La ley no pasará hasta que todo se haya cumplido. Los que escucharon el mensaje de Jesús no debían ser indulgentes consigo mismos ni con sus alumnos en cuanto a obedecer los mandamientos de la ley. Todos los que los obedezcan serán considerados grandes en el reino de los cielos; los que no los obedezcan cuidadosamente serán considerados como los más pequeños en el reino. Esto no nos está sugiriendo que las buenas obras puedan ayudarnos a ganarlos la salvación, pero sí aclara una idea importante sobre la intención que Dios tenía a la hora de compartir algunos de los mensajes que ya había compartido (Mateo 5:17–19).Ahora, Jesús habla acerca de mantener un estándar moral y actitudinal que, para los que lo escucharon en su momento, seguramente les sonaría como algo casi imposible de cumplir—lo cual era exactamente de la manera que debía entenderse. Los escribas eran expertos profesionales en las Escrituras. Los fariseos eran una secta que era famosa por seguir con sumo cuidado la ley de Moisés, hasta el punto de ser extremos con ella. De hecho, eran tan cuidadosos (hasta el punto de ser extremistas) que ellos mismos añadieron reglas y regulaciones extra por encima de la ley para que ni siquiera tuvieran la oportunidad de transgredirla. Los fariseos eran extraordinariamente estrictos con sus alumnos y con los asistentes comunes que asistían a la sinagoga acerca de lo que "realmente" se necesitaba para seguir la ley para así llegar a ser justos.
Jesús tiene el objetivo de dejar claras dos cosas con esto. Mateo ya ha demostrado que la justicia de los escribas y los fariseos era falsa después de todo. Juan el Bautista los llamó "generación de víboras" y les dijo que necesitaban arrepentirse para realmente "dar fruto" en lugar de solo tratar de quedar bien delante de otras personas (Mateo 3: 7–8). Jesús también chocará con los fariseos debido a la forma en la que se esforzaban en mostrar una apariencia externa y superficial mientras que sus corazones estaban llenos de pecado. Tal y como Jesús lo enfatizará durante el resto de este sermón, a Dios le importa mucho más lo que hay en el corazón de una persona que la manera en que los demás perciben a esa persona. Dios valora la verdadera pureza que viene motivada por el amor verdadero más que el mantenimiento de reglas técnicas que vienen motivadas por el orgullo espiritual. Por lo tanto, la verdadera "justicia" es mejor que la exhibición superficial y podrida de los hipócritas religiosos.
La otra idea que se está compartiendo aquí, que también será respaldada por la próxima enseñanza de Jesús, es que nadie puede ser verdadera y perfectamente justo. Ninguna persona puede vivir una vida de pureza moral que pudiera ser digna de ganarse el cielo. Tal y como Pablo escribirá en Romanos 3:23, "por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios". Pablo añade, sin embargo, durante el siguiente versículo, lo que los oyentes de Jesús llegarían a entender más adelante, que aquellos que ponen su fe en Cristo "son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que proveyó Cristo Jesús, (Romanos 3:24). Jesús está preparando a Sus oyentes para que entiendan que necesitan una justicia que solo Él puede conseguir para nosotros.