¿Qué significa Mateo 5:28?
Jesús ha citado el séptimo de los Diez Mandamientos (Éxodo 20:14), tal como se lo enseñaban los escribas y los fariseos a sus oyentes (Mateo 5:27): "no cometerás adulterio". Cristo dice ahora que simplemente evitar el acto físico del adulterio no es suficiente a la hora de satisfacer la verdadera intención que hay detrás del mandamiento de Dios. Dios quiere que Su pueblo tenga un corazón puro además de que sus acciones sean puras. Esto forma parte de un patrón constante que aparece dentro de las enseñanzas de Jesús constantemente, que es que las actitudes y los pensamientos son pecados tanto como lo pueden ser las acciones y las palabras.La conexión que Cristo hace aquí es bastante llamativa y seguramente impactaría en gran manera a las primeras personas que lo escucharon. Cristo dice que la lujuria, en sí misma, es un pecado, un acto de adulterio que ocurre dentro del corazón. Los legalistas de esa época quizás pensaban que la lujuria y la fantasía estaban bien si no conducían al sexo real. Sin embargo, Jesús describe que la lujuria es un pecado, al igual que cometer adulterio físicamente es también un pecado.
Es fácil pasar por alto lo que en realidad se está diciendo en este comentario desde nuestro contexto moderno. El adulterio era un delito especialmente grave en esa cultura, el cual se castigaba con la muerte (Levítico 20:10). Jesús está sugiriendo que los pensamientos de una persona pueden ser pecaminosos al mismo nivel que lo podría ser una ofensa capital. Algunos de los oyentes de Jesús quizás se desesperaron al oír eso. ¿Cuántas personas tienen un corazón puro, hasta el punto de no haber tenido nunca ningún pensamiento provocado por la ira (Mateo 5:21–22) o la lujuria? Jesús continúa elevando todos los estándares de la ley, haciendo que parezca cada vez más difícil entrar al reino de los cielos. Bajo estas condiciones: ¿quién podría ser justo?
En parte, Jesús está enfatizando esa misma idea: que nadie es lo suficientemente justo. Todos somos pecadores. Al mismo tiempo, Jesús nos está mostrando la manera en que Sus seguidores deben cuidar sus vidas interiores. Cristo no deja lugar para el legalismo o los tecnicismos, y está definiendo el pecado como algo que comienza y habita en el corazón.
A pesar de algunas malinterpretaciones del texto, Jesús no está diciendo que toda atracción sea inmediatamente pecaminosa. La frase que se usa en griego aquí es pros to epithymēsai autēn. Esto implica algo que es deliberado: una elección intencional y considerada. Por lo tanto, "notar" que alguien es atractivo o atractiva no es pecado; sin embargo, mirar con intención sexual, fantasear o mirar con lascivia, lo que en español podría considerarse como "comerse alguien con los ojos", ciertamente lo es.
Algunos eruditos sugieren que esta frase también puede implicar algo más: el hecho de mirar a una mujer para provocarle lujuria, mirar a una mujer seductivamente, comportarse con esa persona de tal manera que la tiente a cometer acciones o tener pensamientos inapropiados. Ya sea que esa sea la intención literal de las palabras que Jesús está compartiendo aquí o no lo sea, esta idea encaja muy bien en el contexto de su idea general. Desear cometer adulterio, incluso si no llegara a ocurrir, es un pecado tanto como finalmente llegar cometerlo. En cualquier caso, la clave del asunto es el corazón y los motivos que hay detrás de las acciones.
Los lectores modernos también deben notar que, aunque Jesús expresa esta y otras de Sus ideas haciendo referencias específicas a hombres y a mujeres, los principios espirituales se les aplican a ambos sexos.