¿Qué significa Mateo 5:48?
¿Qué tipo de honestidad y justicia espera Dios de Sus seguidores? Jesús ha demostrado en un ejemplo tras otro que la justicia verdaderamente piadosa, la que le daría a una persona la salvación eterna, está mucho más allá de lo que les habían enseñado los líderes religiosos judíos (Mateo 5:20). Este tipo de honradez y justicia iba más allá de los estándares sociales y morales de la época.Jesús enseña claramente que el estándar celestial de honradez y justicia es absoluto. Se debe ser perfecto como nuestro Padre celestial es perfecto. Eso no significa que la salvación solo se les ofrece a aquellos que son "lo suficientemente buenos", principalmente porque nadie es "lo suficientemente bueno" (Romanos 3:10). Esa es la razón por la que Dios les ofrece la salvación por gracia a través de la fe (Juan 3:16–18; Tito 3:5).
Hay dos cosas más que podemos aprender de la enseñanza de Jesús en este capítulo y en esta oración final. Primero, el hecho de simplemente seguir la ley de Moisés tal y como la enseñaban los líderes religiosos de Israel no era suficiente. Aquellos que siguen las enseñanzas de Jesús, Sus discípulos, deben vivir el tipo de justicia que comienza en su vida interior (Mateo 5:21–22, 27–28). Esa justicia trata de renunciar a los derechos personales por el bien de los demás (Mateo 5:31–32, 33–37, 38–39). Esto también se extiende hasta el punto de amar y orar por nuestros enemigos (Mateo 5:43–47).
En segundo lugar, rápidamente se vuelve claro que es absolutamente imposible que los seres humanos pecadores vivamos de acuerdo con el estándar que Dios tiene acerca de qué es en realidad ser una persona justa. Esa es la razón por la que el Apóstol Pablo dice en su famosa carta a los Romanos: "¡no hay ni uno solo que sea justo!" (Romanos 3:10). Pablo, Mateo y el resto de los escritores del Nuevo Testamento nos dejarán claro que la justicia perfecta, tal y como Jesús la ha descrito en este capítulo, solo puede recibirse como un regalo de Dios a través de la fe en Jesús (Romanos 3:23–25).
Mateo 5:43–48 continúa la enseñanza de Jesús que trata sobre el amor y la humildad, la cual forma parte del Sermón del Monte. DespuÉs de ordenarles a los creyentes que no busquen vengarse ante los insultos, Jesús ha dicho que debemos amar a nuestros enemigos. Con razón, a todos nosotros nos cuesta trabajo entender que debamos reaccionar con pasividad ante cualquier tipo de abuso o persecución. Naturalmente, nos cuesta trabajo entender cómo se le podría expresar cualquier tipo de amor a aquellos que nos odian, y no solo a travÉs de las emociones, sino a travÉs de nuestras acciones. Sin embargo, amar a los que nos aman es algo que no tiene mÉrito alguno; el estándar moral de Dios se sitúa en un lugar mucho más alto.
El Sermón del Monte contiene algunas de las enseñanzas más desafiantes de Jesús. Este sermón comienza con las bendiciones que se le ofrecen a un grupo de personas muy específico, las Bienaventuranzas. Los discípulos de Jesús deben hacer buenas obras para convertirse en una influencia poderosa en el mundo: como la sal de la tierra y la luz del mundo. La justicia superficial de los fariseos no es lo suficientemente buena como para alcanzar el cielo. Los pecados del corazón, como los insultos con ira y la lujuria intencional, son dignos del infierno tanto como el adulterio y el asesinato. El divorcio fácil y los juramentos engañosos están prohibidos. Los creyentes no deben buscar vengarse de los demás. En cambio, Dios quiere que amemos a nuestros enemigos y oremos por aquellos que nos persiguen. En resumen, debemos esforzarnos por ser perfectos, tal y como Dios es perfecto.