¿Qué significa Mateo 5:5?

Jesús continúa describiendo las Bienaventuranzas: frases que tratan sobre las personas que son bendecidas y el por qué, especialmente en lo que se refiere a la venida del reino de los cielos. Ahora Jesús declara bienaventurados a los mansos porque heredarán la tierra. La palabra manso no significa "débil", y este detalle provoca que este pasaje se malinterprete a menudo. La palabra se entiende mejor si dijéramos "dulzura", o la actitud de alguien que nunca usa la fuerza o la manipulación para conseguir lo que quiere. La mansedumbre, desde una perspectiva cristiana, tiene mucho que ver con la fe: se trata de confiar en Dios siempre que estemos luchando cualquier tipo de "batalla", dejando que Él siempre decida el resultado de esta. Esto es algo que se puede entender como si fuera un tipo de "fuerza bajo control", en lugar de entenderlo como "una fuerza que busca controlarlo todo".

Por lo tanto, este concepto es exactamente lo contrario de lo que el mundo piensa. La mayoría de las personas creen que el mundo está controlado por aquellos que son lo suficientemente fuertes y ambiciosos como para obtener todo lo que quieren. El mundo les pertenece a los ricos, a los dominantes, a las personas más valientes. Jesús dice lo contrario: los verdaderos herederos de la tierra son los mansos.

Una vez más, lo que Jesús dice aquí está relacionado con aquellos que tienen fe en Él. Si pertenecemos al Señor, y si el Señor llega a ser rey de la tierra, tal y como lo hará el Mesías un día, entonces todos los que son Suyos heredarán la tierra junto a Él. La "mansedumbre" no es un requisito para convertirse en un verdadero cristiano, pero la mansedumbre es algo que surge naturalmente de aceptar la salvación que Cristo nos ofrece.

Debe decirse también que la verdadera mansedumbre requiere mucho coraje, porque debemos luchar contra nosotros mismos para confiar en el plan de Dios y Su carácter, en lugar de buscarles la solución a nuestros propios problemas a través de nuestros propios medios; es difícil ser humilde y paciente cuando no podemos entender completamente la manera en que Dios actuará para que finalmente el bien se sobreponga al mal en todos los casos.