¿Qué significa Mateo 6:1?
Hasta ahora, durante el Sermón del Monte (Mateo 5:1–2), Jesús nos ha enseñado que la justicia incluye el corazón de una persona, sus pensamientos y actitudes, tanto como sus acciones externas. Aquí, Jesús comienza a mostrarnos que nuestra persona interior, incluidas nuestras motivaciones, son en realidad más importantes que nuestras acciones. Su mensaje no es que lo que hacemos no sea importante, sino que si una acción se realiza con una motivación inapropiada se puede convertir en un acto de egoísmo.Durante ese momento de la historia de Israel, el hecho de vivir bajo la Ley y los Profetas provocaba que muchos sirvieran por orgullo espiritual más que por servirle a Dios por pura devoción. Esto sigue siendo un desafío para muchos creyentes; la aprobación de otras personas es extremadamente tentadora. Jesús le advierte a Su audiencia que no espere ninguna recompensa celestial, ni siquiera por sus acciones más significativas, si el motivo que hay detrás de esas acciones solo sea el hecho de que los demás los vean hacerlas (Mateo 6:2).
Esta declaración no contradice de ninguna manera el mandamiento que Jesús ha compartido sobre "que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras…" (Mateo 5:16), ya que Jesús está hablando de dos motivaciones diferentes. Las buenas obras deben ser visibles y públicas siempre y cuando esa publicidad principalmente tenga el propósito de "…glorificar a su Padre, que está en los cielos". Se debe hacer el bien para que otros crean que Dios es bueno y justo. Hacer el bien de manera que los demás piensen que somos buenos es simplemente pura y mera arrogancia.
Dios Padre ciertamente recompensa a Su pueblo en el cielo por "practicar la justicia" a través de las formas en que Jesús nos está enseñando. En cambio, no recompensa el comportamiento que se realiza exclusivamente para obtener el elogio y la admiración de los demás.