¿Qué significa Mateo 8:10?
Qué declaración tan asombrosa: Jesús se quedó admirado. Dios ciertamente nunca se sorprende, pero Jesús era completamente Dios y completamente hombre, por lo que compartió la capacidad humana de asombrarse, de ser impactado emocionalmente por lo que veía y escuchaba. En este caso, Jesús se quedo admirado por la fe tan fuerte que tenía este centurión romano. El centurión dijo que Jesús tenía autoridad absoluta sobre el mundo natural. Simplemente podía pronunciar una orden y se llevaría a cabo a cualquier distancia, incluida la orden de que un hombre paralítico fuera sanado (Mateo 8:5–9).¿Sabía este centurión que Jesús era, de hecho, el Mesías prometido de Israel? Esto no se nos dice, pero es posible que así fuera. El centurión claramente llegó a la conclusión de que Jesús tenía autoridad divina a través de lo que había visto y oído durante las curaciones milagrosas de Jesús. El centurión tenía una necesidad y creía que Jesús podía satisfacerla. Como mínimo, el hombre estaba siguiendo sinceramente lo que había visto hasta su conclusión lógica.
Jesús se dirigió a Sus seguidores, quienes en su mayoría eran judíos, y les dijo algo que pudo haberse sentido como una daga que se clavó en sus corazones: este gentil estaba mostrando más fe que cualquier otra persona con la que Jesús había interactuado en la nación de Israel. Cristo usará este momento para demostrarnos que el reino de los cielos incluirá a muchas personas, muchas personas que incluso Sus seguidores no se esperan que estén allí; al mismo tiempo, a muchas de las personas que todos piensan que estarán allí, finalmente no se les permitirá formar parte del reino de Dios.