¿Qué significa Mateo 9:11?
Comer juntos reclinados alrededor de una mesa en la casa de alguien era una experiencia mucho más cercana e íntima en la época de Jesús que las comidas que organizamos en nuestras casas en la actualidad. El hecho de compartir una comida con alguien, a lo que a menudo se le conoce como "partir el pan", indicaba que había un grado bastante alto de confianza y aceptación entre los invitados y el anfitrión.Los líderes religiosos judíos, entre los que se encontraban los fariseos, tenían mucho cuidado a la hora de elegir con quién compartían una comida por esa misma razón. De hecho, evitaban incluso la mera posibilidad de acabar asociándose con personas de mala reputación. La ley misma no les prohibía esto, pero ellos mismos habían establecido reglas para sí mismos que iban más allá de la ley para proteger su reputación frente a la de los demás. Al mismo tiempo, tener cuidado a la hora de elegir con quien decidimos pasar tiempo no es algo imprudente en sí mismo (1 Corintios 15:33; Salmo 1:1). Sin embargo, los fariseos eran brutalmente arrogantes y sus reglas de conducta llegaron a ser casi tan importantes para ellos como la ley de Dios.
Jesús simplemente ignoró esas reglas y normas que iban más allá de los requisitos de la ley. En este pasaje lo vuelve a hacer de nuevo compartiendo una comida en casa de un recaudador de impuestos. Allí también estaban Sus discípulos, y había más recaudadores de impuestos y "pecadores". En este contexto, la palabra "pecadores" se refiere a aquellas personas que transgredían las reglas religiosas e incluso la ley misma (Mateo 9:9–10). Estas personas eran consideradas como personas sucias e impuras en su cultura.
Los fariseos no podían entenderlo. Jesús era un rabino popular que hablaba apasionadamente sobre Dios y la justicia. A sus ojos, se preguntaban cómo era posible que estuviera compartiendo una comida con personas "de esa calaña". ¿Por qué mancillaría Su reputación al asociarse con este tipo de personas? Eso es exactamente lo que les preguntaron a los discípulos de Jesús. La respuesta de Cristo (Mateo 9:12–13) nos revela información tanto sobre Su misión como sobre los verdaderos motivos del corazón de aquellos que lo estaban criticando.