¿Qué significa Mateo 9:8?
Esta es la tercera vez que Mateo describe la reacción de las personas al presenciar uno de los milagros de Jesús: esta vez las personas allí presentes se quedaron asombradas. Primero, los discípulos se maravillaron y tuvieron miedo como cuando Jesús calmó una fuerte tormenta en el Mar de Galilea con solo decir unas pocas palabras (Mateo 8:23–27). Después, los gentiles que vivían cerca de los hombres endemoniados que Jesús liberó tuvieron miedo después de que Él hubiera enviado a los demonios hacia un hato de cerdos (Mateo 8:28–34). Ahora, las multitudes se quedaron asombradas después de ver la manera en que Jesús había sanado a un paralítico después de haber dicho que Él también tenía autoridad para perdonar los pecados (Mateo 9:2–7).Hay diferencias interesantes en cada uno de estos incidentes, con respecto a lo que eligieron hacer a continuación aquellos y aquellas que sintieron miedo al presenciarlos. Los discípulos se quedaron con Él, pero siguieron preguntándose quién era Jesús (Mateo 8:27). Los gentiles le rogaron a Jesús que los dejara en paz (Mateo 8:34).
La multitud que había sido testigo de esta curación, sin embargo, tomó la decisión de darle gloria a Dios después de ver lo que Jesús había hecho. Específicamente, glorificaron a Dios por haberle dado tal autoridad a los hombres. Las Escrituras no nos dicen exactamente cuántas personas, si es que hubo alguna, llegaron a entender completamente el hecho de que Jesús tenía esta autoridad porque era y es el Hijo de Dios. Aún así, el impulso de glorificar a Dios fue probablemente la mejor reacción que podrían haber tenido.