Miqueas capitulo 1
La Biblia de las Américas
2Oíd, pueblos todos, escucha, tierra y cuanto hay en ti ; sea el Señor DIOS testigo contra vosotros, el Señor desde su santo templo. 3Porque he aquí, el SEÑOR sale de su lugar, y descenderá y hollará las alturas de la tierra. 4Debajo de El los montes se derretirán, y los valles se hendirán, como la cera ante el fuego, como las aguas derramadas por una pendiente. 5Todo esto por la rebelión de Jacob y por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebelión de Jacob ? ¿No es Samaria ? ¿Cuál es el lugar alto de Judá? ¿No es Jerusalén ? 6Haré, pues, de Samaria un montón de ruinas en el campo, lugares para plantar viñas ; derramaré sus piedras por el valle, y pondré al descubierto sus cimientos. 7Todos sus ídolos serán destrozados, y todas sus ganancias serán quemadas por el fuego, y asolaré todas sus imágenes, porque las juntó de ganancias de ramera, y a ganancias de ramera volverán.
8Por eso me lamentaré y gemiré, andaré descalzo y desnudo, daré aullidos como los chacales y lamentos como los avestruces. 9Porque es incurable su herida, pues ha llegado hasta Judá ; se ha acercado hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén. 10En Gat no lo anunciéis, tampoco lloréis. En Bet-le-afrá revuélcate en el polvo. 11Vete al cautiverio, habitante de Safir, en vergonzosa desnudez. La que habita en Zaanán no escapa. La lamentación de Bet-esel es que El quitará de vosotros su apoyo. 12Porque se debilita esperando el bien la que habita en Marot, pues la calamidad ha descendido del SEÑOR hasta la puerta de Jerusalén. 13Unce al carro los corceles, habitante de Laquis (ella fue principio de pecado para la hija de Sion); porque en ti fueron halladas las rebeliones de Israel. 14Por tanto, darás presentes de despedida a Moréset-gat; las casas de Aczib serán un engaño para los reyes de Israel. 15Además, traeré contra ti al que toma posesión, oh habitante de Maresa. Hasta Adulam se irá la gloria de Israel. 16Arráncate los cabellos y ráete por los hijos de tus delicias; ensancha tu calva como la del buitre, porque irán al cautiverio lejos de ti.
Nueva Biblia de las Américas
2Oigan, pueblos todos, Escucha, tierra y cuanto hay en ti; Sea el Señor DIOS testigo contra ustedes, El Señor desde Su santo templo. 3Porque el SEÑOR sale de Su lugar, Y descenderá y caminará sobre las alturas de la tierra. 4Debajo de El los montes se derretirán, Y los valles se partirán, Como la cera ante el fuego, Como las aguas derramadas por una pendiente. 5Todo esto por la rebelión de Jacob Y por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Cuál es el lugar alto de Judá? ¿No es Jerusalén? 6Haré, pues, de Samaria un montón de ruinas en el campo, Lugares para plantar viñas; Derramaré sus piedras por el valle, Y pondré al descubierto sus cimientos. 7Todos sus ídolos serán destrozados, Y todas sus ganancias serán quemadas por el fuego. Destruiré todas sus imágenes, Porque las obtuvo de ganancias de ramera, Y a ganancias de ramera volverán.
8Por eso me lamentaré y gemiré, Andaré descalzo y desnudo. Daré aullidos como los chacales Y lamentos como los avestruces. 9Porque es incurable su herida, Pues ha llegado hasta Judá; Se ha acercado hasta la puerta de mi pueblo, Hasta Jerusalén. 10En Gat no lo anuncien, Tampoco lloren. En Bet Le Afrá revuélcate en el polvo. 11Vete al cautiverio, habitante de Safir, en vergonzosa desnudez. La que habita en Zaanán no escapa. La lamentación de Bet Esel es Que El quitará de ustedes su apoyo. 12Porque se debilita esperando el bien La que habita en Marot, Pues la calamidad ha descendido del SEÑOR Hasta la Puerta de Jerusalén. 13Ata al carro los corceles, Habitante de Laquis (ella fue el principio de pecado Para la hija de Sion); Porque en ti fueron halladas Las rebeliones de Israel. 14Por tanto, darás presentes de despedida A Moréset Gat; Las casas de Aczib serán un engaño Para los reyes de Israel. 15Además, traeré contra ti Al que toma posesión, Oh habitante de Maresa. Hasta Adulam se irá la gloria de Israel. 16Arráncate los cabellos y aféitate Por los hijos de tus delicias; Ensancha tu calva como la del buitre, Porque irán al cautiverio lejos de ti.
Nueva Versión Internacional
1Esta es la palabra que el SEÑOR dirigió a Miqueas de Moréset, durante los reinados de Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. Esta es la visión que tuvo acerca de Samaria y de Jerusalén. 2Escuchen, pueblos todos; presten atención la tierra y todo lo que hay en ella. Desde su santo templo el Señor, el SEÑOR omnipotente, será testigo en contra de ustedes. 3¡Miren! Ya sale el SEÑOR de su morada; ya baja y se encamina hacia las cumbres de la tierra. 4A su paso se derriten las montañas como la cera junto al fuego; se parten en dos los valles como partidos por el agua de un torrente. 5Y todo esto por la transgresión de Jacob, por los pecados del pueblo de Israel. ¿Acaso no representa Samaria la transgresión de Jacob? ¿Y no es acaso en Jerusalén donde están los santuarios paganos de Judá? 6Dejaré a Samaria hecha un montón de ruinas: ¡convertida en campo arado para viñedos! Arrojaré sus piedras al valle, y pondré al descubierto sus cimientos. 7Todos sus ídolos serán hechos pedazos; toda su paga de prostituta será arrojada al fuego. Yo destrozaré todas sus imágenes. Todo cuanto ganó como prostituta, en paga de prostituta se convertirá. 8Por eso lloraré y gritaré de dolor, y andaré descalzo y desnudo. Aullaré como chacal y gemiré como avestruz. 9Porque la herida de Samaria es incurable: ha llegado hasta Judá. Se ha extendido hasta mi pueblo, ¡hasta la entrada misma de Jerusalén! 10No lo anuncien en Gat, no se entreguen al llanto; ¡revuélquense de dolor en el polvo de Bet Leafrá! 11Habitantes de Safir, emigren desnudos y humillados. Los habitantes de Zanán no se atrevieron a salir. Bet Ésel está gimiendo, y va a retirarles su apoyo. 12Se retuercen esperando el bien, los habitantes de Marot; el SEÑOR ha enviado el mal hasta la entrada misma de Jerusalén.
Reina-Valera 1960
2Oíd, pueblos todos; está atenta, tierra, y cuanto hay en ti; y Jehová el Señor, el Señor desde su santo templo, sea testigo contra vosotros. 3Porque he aquí, Jehová sale de su lugar, y descenderá y hollará las alturas de la tierra. 4Y se derretirán los montes debajo de él, y los valles se hendirán como la cera delante del fuego, como las aguas que corren por un precipicio. 5Todo esto por la rebelión de Jacob, y por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Y cuáles son los lugares altos de Judá? ¿No es Jerusalén? 6Haré, pues, de Samaria montones de ruinas, y tierra para plantar viñas; y derramaré sus piedras por el valle, y descubriré sus cimientos. 7Y todas sus estatuas serán despedazadas, y todos sus dones serán quemados en fuego, y asolaré todos sus ídolos; porque de dones de rameras los juntó, y a dones de rameras volverán.
8Por esto lamentaré y aullaré, y andaré despojado y desnudo; haré aullido como de chacales, y lamento como de avestruces. 9Porque su llaga es dolorosa, y llegó hasta Judá; llegó hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén. 10No lo digáis en Gat, ni lloréis mucho; revuélcate en el polvo de Bet-le-afra. 11Pásate, oh morador de Safir, desnudo y con vergüenza; el morador de Zaanán no sale; el llanto de Betesel os quitará su apoyo. 12Porque los moradores de Marot anhelaron ansiosamente el bien; pues de parte de Jehová el mal había descendido hasta la puerta de Jerusalén. 13Uncid al carro bestias veloces, oh moradores de Laquis, que fuisteis principio de pecado a la hija de Sion; porque en vosotros se hallaron las rebeliones de Israel. 14Por tanto, vosotros daréis dones a Moreset-gat; las casas de Aczib serán para engaño a los reyes de Israel. 15Aun os traeré nuevo poseedor, oh moradores de Maresa; la flor de Israel huirá hasta Adulam. 16Ráete y trasquílate por los hijos de tus delicias; hazte calvo como águila, porque en cautiverio se fueron de ti.
Biblia del Jubileo
1Palabra del SEÑOR que vino a Miqueas de Moreset en días de Jotam, Acaz, y Ezequías, reyes de Judá; lo que vio sobre Samaria y Jerusalén. 2Oíd, pueblos todos: está atenta, tierra, y todo lo que en ella hay; y el Señor DIOS, el Señor desde su santo templo sea testigo contra vosotros. 3Porque he aquí, el SEÑOR sale de su lugar, y descenderá, y hollará sobre las alturas de la tierra. 4Y debajo de él se derretirán los montes, y los valles se hendirán como la cera delante del fuego, como las aguas que corren cuesta abajo. 5Todo esto por la rebelión de Jacob, y por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Y cuáles son los lugares altos de Judá? ¿No es Jerusalén? 6Pondré, pues, a Samaria en montones de campo, en tierra de viñas; y derramaré sus piedras por el valle, y descubriré sus fundamentos. 7Y todas sus esculturas serán despedazadas, y todos sus dones serán quemados en fuego, y asolaré todos sus ídolos; porque de dones de rameras se juntó, y a dones de rameras volverán. 8Por tanto lamentaré y aullaré, y andaré despojado y desnudo; haré gemido como de dragones, y lamento como de los hijos del avestruz. 9Porque su llaga es dolorosa, que llegó hasta Judá; llegó hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén. 10No lo digáis en Gat, ni lloréis mucho; revuélcate en el polvo por Bet-le-afra. 11Pásate desnuda con vergüenza, oh moradora de Safir: la moradora de Zaanán no salió al llanto de Betesel; tomará de vosotros su tardanza. 12Porque la moradora de Marot tuvo dolor por el bien; por cuanto el mal descendió del SEÑOR hasta la puerta de Jerusalén. 13Uncid al carro dromedarios, oh moradora de Laquis, que fuiste principio de pecado a la hija de Sion; porque en ti se inventaron las rebeliones de Israel. 14Por tanto, tú darás dones a Moreset-gat; las casas de Aczib serán en mentira a los reyes de Israel. 15Aun te traeré heredero, oh moradora de Maresa; la gloria de Israel vendrá hasta Adulam. 16Mésate y trasquílate por los hijos de tus delicias; ensancha tu calvicie como águila; porque fueron transportados de ti.