Proverbios capitulo 1
La Biblia de las Américas
2para aprender sabiduría e instrucción, para discernir dichos profundos, 3para recibir instrucción en sabia conducta, justicia, juicio y equidad ; 4para dar a los simples prudencia, y a los jóvenes conocimiento y discreción. 5El sabio oirá y crecerá en conocimiento, y el inteligente adquirirá habilidad, 6para entender proverbio y metáfora, las palabras de los sabios y sus enigmas.
8Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no abandones la enseñanza de tu madre ; 9porque guirnalda de gracia son para tu cabeza, y collares para tu cuello. 10Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, no consientas. 11Si dicen: Ven con nosotros, pongámonos al asecho para derramar sangre, sin causa asechemos al inocente, 12devorémoslos vivos como el Seol, enteros, como los que descienden al abismo ; 13hallaremos toda clase de preciadas riquezas, llenaremos nuestras casas de botín; 14echa tu suerte con nosotros, todos tendremos una bolsa; 15hijo mío, no andes en el camino con ellos, aparta tu pie de su senda, 16porque sus pies corren hacia el mal, y a derramar sangre se apresuran. 17Porque es en vano tender la red ante los ojos de cualquier ave ; 18pero ellos a su propia sangre asechan, tienden lazo a sus propias vidas. 19Tales son los caminos de todo el que se beneficia por la violencia: que quita la vida de sus poseedores.
20 La sabiduría clama en la calle, en las plazas alza su voz; 21clama en las esquinas de las calles concurridas; a la entrada de las puertas de la ciudad pronuncia sus discursos: 22¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores se deleitarán en hacer burla, y los necios aborrecerán el conocimiento ? 23Volveos a mi reprensión: he aquí, derramaré mi espíritu sobre vosotros, os haré conocer mis palabras. 24Porque he llamado y habéis rehusado oír, he extendido mi mano y nadie ha hecho caso; 25habéis desatendido todo consejo mío, y no habéis deseado mi reprensión ; 26también yo me reiré de vuestra calamidad, me burlaré cuando sobrevenga lo que teméis, 27cuando venga como tormenta lo que teméis, y vuestra calamidad sobrevenga como torbellino, cuando vengan sobre vosotros tribulación y angustia. 28Entonces me invocarán, pero no responderé ; me buscarán con diligencia, pero no me hallarán ; 29porque odiaron el conocimiento, y no escogieron el temor del SEÑOR, 30ni quisieron aceptar mi consejo, y despreciaron toda mi reprensión ; 31comerán del fruto de su conducta, y de sus propias artimañas se hartarán. 32Porque el desvío de los simples los matará, y la complacencia de los necios los destruirá. 33Pero el que me escucha vivirá seguro, y descansará, sin temor al mal.
Nueva Biblia de las Américas
2Para aprender sabiduría e instrucción, Para discernir dichos profundos, 3Para recibir instrucción en sabia conducta, Justicia, juicio y equidad; 4Para dar a los simples prudencia, Y a los jóvenes conocimiento y discreción. 5El sabio oirá y crecerá en conocimiento, Y el inteligente adquirirá habilidad, 6Para entender proverbio y metáfora, Las palabras de los sabios y sus enigmas.
8Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre Y no abandones la enseñanza de tu madre; 9Porque son guirnalda de gracia para tu cabeza, Y collares para tu cuello. 10Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, No consientas. 11Si dicen: “Ven con nosotros, Pongámonos al asecho para derramar sangre, Sin causa asechemos al inocente, 12Devorémoslos vivos como el Seol, Enteros, como los que descienden al abismo; 13Hallaremos toda clase de preciadas riquezas, Llenaremos nuestras casas de botín; 14Echa tu suerte con nosotros, Todos tendremos una bolsa,” 15Hijo mío, no andes en el camino con ellos. Aparta tu pie de su senda, 16Porque sus pies corren hacia el mal, Y se apresuran a derramar sangre. 17Porque es en vano tender la red Ante los ojos de cualquier ave; 18Pero ellos a su propia sangre asechan, Tienden lazo a sus propias vidas. 19Tales son los caminos de todo el que se beneficia por la violencia: Que quita la vida de sus poseedores.
20La sabiduría clama en la calle, En las plazas alza su voz; 21Clama en las esquinas de las calles concurridas; A la entrada de las puertas de la ciudad pronuncia sus discursos: 22“¿Hasta cuándo, oh simples, amarán la simpleza, Y los burladores se deleitarán en hacer burla, Y los necios aborrecerán el conocimiento? 23Vuélvanse a mi reprensión, Y derramaré mi espíritu sobre ustedes; Les haré conocer mis palabras. 24Porque he llamado y han rehusado oír, He extendido mi mano y nadie ha hecho caso. 25Han desatendido todo consejo mío Y no han deseado mi reprensión. 26También yo me reiré de la calamidad de ustedes, Me burlaré cuando sobrevenga lo que temen, 27Cuando venga como tormenta lo que temen Y su calamidad sobrevenga como torbellino, Cuando vengan sobre ustedes tribulación y angustia. 28Entonces me invocarán, pero no responderé; Me buscarán con diligencia, pero no me hallarán, 29Porque odiaron el conocimiento, Y no escogieron el temor del SEÑOR, 30Ni quisieron aceptar mi consejo, Y despreciaron toda mi reprensión. 31Comerán del fruto de su conducta, Y de sus propias artimañas se hartarán. 32Porque el desvío de los simples los matará, Y la complacencia de los necios los destruirá. 33Pero el que me escucha vivirá seguro, Y descansará, sin temor al mal.”
Nueva Versión Internacional
1 Proverbios de Salomón hijo de David, rey de Israel: 2para adquirir sabiduría y disciplina; para discernir palabras de inteligencia; 3para recibir la corrección que dan la prudencia, la rectitud, la justicia y la equidad; 4para infundir sagacidad en los inexpertos, conocimiento y discreción en los jóvenes. 5Escuche esto el sabio, y aumente su saber; reciba dirección el entendido, 6para discernir el proverbio y la parábola, los dichos de los sabios y sus enigmas.
7El temor del SEÑOR es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina. 8Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre. 9Adornarán tu cabeza como una diadema; adornarán tu cuello como un collar.
10Hijo mío, si los pecadores quieren engañarte, no vayas con ellos. 11Estos te dirán: «¡Ven con nosotros! Acechemos a algún inocente y démonos el gusto de matar a algún incauto; 12traguémonos a alguien vivo, como se traga el sepulcro a la gente; devorémoslo entero, como devora la fosa a los muertos. 13Obtendremos toda clase de riquezas; con el botín llenaremos nuestras casas. 14Comparte tu suerte con nosotros, y compartiremos contigo lo que obtengamos». 15¡Pero no te dejes llevar por ellos, hijo mío! ¡Apártate de sus senderos! 16Pues corren presurosos a hacer lo malo; ¡tienen prisa por derramar sangre! 17De nada sirve tender la red a la vista de todos los pájaros, 18pero aquellos acechan su propia vida y acabarán por destruirse a sí mismos. 19Así terminan los que van tras ganancias mal habidas; por estas perderán la vida. 20Clama la sabiduría en las calles; en los lugares públicos levanta su voz. 21Clama en las esquinas de calles transitadas; a la entrada de la ciudad razona:
22«¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos, seguirán aferrados a su inexperiencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los insolentes, se complacerán en su insolencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los necios, aborrecerán el conocimiento? 23Respondan a mis reprensiones, y yo les abriré mi corazón; les daré a conocer mis pensamientos. 24Como ustedes no me atendieron cuando los llamé, ni me hicieron caso cuando les tendí la mano, 25sino que rechazaron todos mis consejos y no acataron mis reprensiones, 26ahora yo me burlaré de ustedes cuando caigan en desgracia. Yo seré quien se ría de ustedes cuando les sobrevenga el miedo, 27cuando el miedo les sobrevenga como una tormenta y la desgracia los arrastre como un torbellino.
28»Entonces me llamarán, pero no les responderé; me buscarán, pero no me encontrarán. 29Por cuanto aborrecieron el conocimiento y no quisieron temer al SEÑOR; 30por cuanto no siguieron mis consejos, sino que rechazaron mis reprensiones, 31cosecharán el fruto de su conducta, se hartarán con sus propias intrigas; 32¡su descarrío e inexperiencia los destruirán, su complacencia y necedad los aniquilarán! 33Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal».
Reina-Valera 1960
1Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel. 2Para entender sabiduría y doctrina, Para conocer razones prudentes, 3Para recibir el consejo de prudencia, Justicia, juicio y equidad; 4Para dar sagacidad a los simples, Y a los jóvenes inteligencia y cordura. 5Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo, 6Para entender proverbio y declaración, Palabras de sabios, y sus dichos profundos.
7El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. 8Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre; 9Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, Y collares a tu cuello. 10Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas. 11Si dijeren: Ven con nosotros; Pongamos asechanzas para derramar sangre, Acechemos sin motivo al inocente; 12Los tragaremos vivos como el Seol, Y enteros, como los que caen en un abismo; 13Hallaremos riquezas de toda clase, Llenaremos nuestras casas de despojos; 14Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa. 15Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas, 16Porque sus pies corren hacia el mal, Y van presurosos a derramar sangre. 17Porque en vano se tenderá la red Ante los ojos de toda ave; 18Pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas, Y a sus almas tienden lazo. 19Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, La cual quita la vida de sus poseedores.
20La sabiduría clama en las calles, Alza su voz en las plazas; 21Clama en los principales lugares de reunión; En las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones. 22¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores desearán el burlar, Y los insensatos aborrecerán la ciencia? 23Volveos a mi reprensión; He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, Y os haré saber mis palabras. 24Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, 25Sino que desechasteis todo consejo mío Y mi reprensión no quisisteis, 26También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis; 27Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia. 28Entonces me llamarán, y no responderé; Me buscarán de mañana, y no me hallarán. 29Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová, 30Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía, 31Comerán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios consejos. 32Porque el desvío de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará a perder; 33Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal.
Biblia del Jubileo
1Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel: 2Para conocer sabiduría y castigo; para entender las razones prudentes; 3para recibir el castigo de prudencia, justicia, juicio y equidad; 4para dar prudencia a los simples, y a los jóvenes inteligencia y consejo. 5Si el sabio los oyere, aumentará la doctrina; y el entendido adquirirá consejo; 6para entender parábola y declaración; palabras de sabios, y sus enigmas. 7El principio del conocimiento es el temor del SEÑOR; los locos despreciaron la sabiduría y el castigo.
8Oye, hijo mío, el castigo de tu padre, y no deseches la ley de tu madre; 9porque aumento de gracia serán a tu cabeza, y protección a tu cuello. 10Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas. 11Si dijeren: Ven con nosotros, espiemos a alguno para matarle, acechemos al inocente sin razón; 12los tragaremos vivos como el sepulcro, y enteros, como los que caen en un abismo; 13hallaremos riquezas de toda clase, llenaremos nuestras casas de despojos; 14echa tu suerte entre nosotros; tengamos todos una bolsa, 15hijo mío, no andes en camino con ellos; aparta tu pie de sus veredas; 16porque sus pies correrán al mal, e irán presurosos a derramar sangre. 17Porque en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave; 18mas ellos a su propia sangre espían, y a sus propias almas ponen asechanza. 19Tales son las sendas de todo el que codicia la ganancia, la cual prenderá la vida de sus poseedores. 20La sabiduría clama de fuera; en las plazas da su voz; 21clama en los principales lugares de concurso; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones: 22¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los locos aborrecerán la ciencia? 23Volveos a mi reprensión; he aquí yo os derramaré mi espíritu, y os haré saber mis palabras. 24Por cuanto llamé, y no quisisteis; extendí mi mano, y no hubo quien escuchase; 25antes desechasteis todo consejo mío, y no quisisteis mi reprensión; 26también yo me reiré en vuestra calamidad, y me burlaré cuando os viniere lo que teméis; 27cuando viniere como una destrucción lo que teméis, y vuestra calamidad llegare como un torbellino; cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia. 28Entonces me llamarán, y no responderé; me buscarán de mañana, y no me hallarán; 29por cuanto aborrecieron el conocimiento, y no escogieron el temor del SEÑOR, 30ni quisieron mi consejo, y menospreciaron toda reprensión mía. 31Comerán, pues, del fruto de su camino, y de sus consejos se hartarán. 32Porque el reposo de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los locos los echará a perder. 33Mas el que me oyere, habitará confiadamente, y vivirá reposado del temor del mal.