¿Qué significa Proverbios 10:22?

El hebreo original de este versículo dice literalmente lo mismo "la bendición del Señor es un tesoro…" Las Escrituras sabe bien que el mundo está lleno de corrupción; las personas buenas no siempre tienen éxito a nivel financiero (Juan 16:33; Filipenses 4:11–13), y las personas malas a menudo se vuelven ricas (Salmo 37:7; 73:3). La bondad, cuando se pone en práctica a través de la sabiduría, les ofrece a las personas más posibilidades de triunfar de diferentes maneras en esta vida, simplemente porque esas personas se exponen a las consecuencias del pecado mucho menos que las personas que no la practican. El contraste que se nos describe en este versículo no nos ofrece la garantía de que siempre acabaremos prosperando, sino que intenta hacer una comparación entre la riqueza que se obtiene de una manera justa y la riqueza que se obtiene a través del engaño.

En resumen, la riqueza que se obtiene de una manera justa es más estable que la riqueza que se obtiene a través del pecado. La inmoralidad en los negocios trae consigo momentos de venganza, demandas y muchos problemas financieros (Proverbios 10:2, 9). Además, muchas veces la conciencia no acompaña a las personas que se hacen ricas a base de engaños.

Este versículo también nos recuerda que es importante tener en cuenta todo lo que Dios hace cuando somos bendecidos. En Deuteronomio 8, el Señor le recordó al pueblo de Israel que Él los había librado de Egipto y los había llevado hacia la Tierra Prometida, "el Señor tu Dios te introduce en una buena tierra. Es una tierra de arroyos y aguas, de fuentes y de manantiales que brotan en vegas y montes; es tierra de trigo y de cebada; de vides, higueras y granados; es tierra de olivos, de aceite y de miel; es tierra donde nunca comerás el pan con escasez, ni nada en ella te faltará; es tierra cuyas piedras son de hierro, y de cuyos montes extraerás cobre" (Deuteronomio 8:7–9). Dios les pidió que no lo olvidaran y les dijo: "no vayas a decir en tu corazón: mi poder y la fuerza de mi brazo me han hecho ganar estas riquezas" (Deuteronomio 8:17).