¿Qué significa Proverbios 10:25?

Un "proverbio", por definición, es una observación breve que se hace para analizar una situación general o una enseñanza que se basa en el sentido común de las personas. La mayoría de los proverbios son independientes los unos de los otros, pero algunos se armonizan bastante bien entre sí. Este proverbio se conecta estrechamente con el que apareció en el versículo anterior (Proverbios 10:24). Salomón ya ha señalado que las personas que participan en el mal experimentan las consecuencias de sus propios pecados y la condena final de la eternidad (Proverbios 10:8–11).

Salomón dice que los malvados son como un "torbellino", que destruye todo a su paso, pero los justos siempre sobreviven. En un sentido terrenal, esto podría implicar que los riesgos que vienen como consecuencia de vivir una vida basada en el pecado y la maldad también provocan que reciban menos ayuda cuando se den cuenta de que la necesitan. Un "torbellino" es más una amenaza para las personas que viven a través de las mentiras y los engaños que para las personas que son honestas y decentes, porque estas últimas tienen mucho menos que temer.

Las Escrituras nos enseñan que la vida de los incrédulos es como una casa que se construye sobre la arena. Durante el sermón del monte, Jesús dice: "a cualquiera que me oye estas palabras, y las pone en práctica, lo compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Cayó la lluvia, vinieron los ríos, y soplaron los vientos, y azotaron aquella casa, pero ésta no se vino abajo, porque estaba fundada sobre la roca. Por otro lado, a cualquiera que me oye estas palabras y no las pone en práctica, lo compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena. Cayó la lluvia, vinieron los ríos, y soplaron los vientos, y azotaron aquella casa, y ésta se vino abajo, y su ruina fue estrepitosa" (Mateo 7:24–27). Ya sea espiritual o físicamente, cuando vivimos de acuerdo con la verdad y la justicia nos exponemos a todo tipo de peligros mucho menos que las personas que no lo hacen (Proverbios 10:27).

Alternativamente, la referencia que se hace aquí a un torbellino podría estar haciendo una representación figurativa del juicio divino. Cuando Dios juzgue a los impíos, ninguno de ellos sobrevivirá, porque serán enviados al lago de fuego para siempre (Apocalipsis 20:15). Las personas justas, aquellas cuya fe está anclada en Jesús, no sufrirán ese destino, y nunca perecerán. Romanos 8:1 dice: "por tanto, no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu". En la cruz, Jesús fue castigado por los pecados del mundo entero (1 Juan 2:2), y "el que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios recae sobre él" (Juan 3:36).