¿Qué significa Proverbios 11:28?
En el libro de Proverbios se habla mucho sobre el peligro de confiar en las riquezas mundanas. Las Escrituras no condenan el dinero en sí mismo, pero si nos hacen una fuerte advertencia en contra del dinero, debido a que el dinero es algo temporal. Todo lo que tenemos se nos puede ir en un instante. Por el contrario, las personas que quieren tener una relación íntima con Dios reciben recompensas eternas que nunca se pueden perder (Proverbios 11:4). El dinero no puede comprar el favor de Dios ni tampoco la vida eterna.Pablo le dice a Timoteo: "porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar…. Los que quieren enriquecerse caen en la trampa de la tentación, y en muchas codicias necias y nocivas, que hunden a los hombres en la destrucción y la perdición" (1 Timoteo 6:7, 9). Pablo también le dice a Timoteo que anime a los ricos a que "no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos" (1 Timoteo 6:17). Las personas que son justas tienen la esperanza de que el Señor siempre los recompensará a Su manera.
Un antiguo rey trató de usar sus riquezas para intentar comprar la curación de Naamán, el l comandante leproso que pertenecía a su ejército, pero al final sus esfuerzos no valieron la pena. El profeta Eliseo no aceptó su dinero, pero le ordenó a Naamán que se lavara en el río Jordán siete veces, y le prometió que, si lo hacía, al final se quedaría limpio (2 Reyes 5:1–14). Eliseo se negó a aceptar dinero, lo cual enfatiza el hecho de que los bienes materiales no tienen valor en comparación con el conocimiento de Dios. Su sirviente, Giezi, trató de aprovecharse de la situación debido a su avaricia y al final sufrió las consecuencias de sus acciones (2 Reyes 5:26–27).