¿Qué significa Proverbios 11:7?

Según este versículo, los malvados no tienen esperanzan de sobrevivir a la muerte. La muerte pone fin a la búsqueda de riquezas, y a su esperanza de hacerse ricos. Peor aún, las personas malvadas se sumergen ellas y ellos mismos en una eternidad en la que no habrá ningún tipo de esperanza ni redención (Juan 3:36).

Jesús le hizo dos preguntas de vital importancia a una multitud: ¿de qué le sirve a uno ganarse todo el mundo, si pierde su alma? ¿O qué puede dar uno a cambio de su alma?" (Marcos 8:36–37). Si fuera posible acumular y poseer toda la riqueza del mundo, su valor tampoco podría igualarse al valor del alma de una persona. Las riquezas no durarán para siempre, pero el alma vive más allá de la tumba, ya sea en el cielo o en el infierno. Por tanto, no hay ninguna cantidad de dinero que pueda comprar la vida eterna.

Pedro les recuerda a sus lectores en 1 Pedro 1:18–19 que no fueron redimidos "con cosas corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y sin contaminación, como la de un cordero".