¿Qué significa Proverbios 13:3?

Pocas cosas son más difíciles, pero más importantes, que aprender a controlar lo que decimos. Si lo hacemos, podemos evitar muchos problemas e incluso salvarnos del peligro, e incluso de la muerte. El libro de Proverbios no para de hablarnos sobre esto (Proverbios 10:8, 14; 12:18).

Las personas que amenazan o insultan a los demás se exponen a recibir este mismo trato. Las personas que hablan "hasta por los codos" acaban diciendo cosas que no pueden demostrar, e incluso cosas de las que nos saben nada. También pueden insultar a otros, mentir, chismorrear criticar, e incluso aconsejar a los demás cuando ellos mismos son los que deben ser aconsejados. Todo lo que dicen al final acaba haciéndoles daño a ellos.

En español también decimos que a veces las personas "se comen sus propias palabras", lo cual significa que las personas que hablan mucho se exponen al peligro que acarrean sus propias palabras. Por lo tanto, es mejor asegurarse de que todas las palabras que decimos "se puedan comer" (Proverbios 12:2). Es sabio orar como lo hizo David: "Tú, Señor, eres mi roca y mi redentor; ¡agrádate de mis palabras y de mis pensamientos!" (Salmo 19:14).