¿Qué significa Proverbios 15:20?
Una vez más, Salomón compara la relación que los hijos sabios tienen con sus padres. El uso del padre, en una frase, y de la madre, en la otra, forma parte de la estructura poética del versículo en sí. Los hijos que son obediente y respetuoso con sus padres honran al Señor, quien les ordena: "honrarás a tu padre y a tu madre, para que tu vida se alargue en la tierra que yo, el Señor tu Dios, te doy" (Éxodo 20:12; cf. Efesios 6:1–3). Los padres de un hijo sabio se alegran de que su hijo los obedezca y, sobre todo, que su hijo obedezca a Dios.Sin embargo, los padres de niños necios son a menudo objeto del odio de sus hijos. Incluso los padres más diligentes pueden acabar teniendo hijos perezosos que tengan una falta de inmoralidad evidente y que culpan a sus padres por sus propios fracasos. Esos hijos pueden resentirse de las reglas y la disciplina de sus padres (Proverbios 12:1), incluso cuando los disciplinan con amor y cariño (Proverbios 15:5; Efesios 6:4). Muchas veces acusamos a los demás de las consecuencias que tienen nuestras propias acciones (Génesis 3:11–13; Proverbios 5:11–14). Esto es especialmente doloroso cuando los padres se dan cuenta que esto mismo les sucede a sus propios hijos.
Cada niño es un mundo, y los mismos padres pueden criar a niños muy diferentes. Un hijo honra a sus padres cuando teme al Señor con sabiduría y los obedece; pero el otro niño se puede acabar rebelando en contra de lo que sus padres le enseñan y rechazar al Señor. Cada persona es responsable ante el Señor de sus propias actitudes y acciones, pero los padres deben tratar de guiar a cada hijo en la dirección correcta.
En Proverbios 15:13–30, Salomón continúa comparando a las personas sabias con las necias. En este libro, esas ideas se asocian con el hecho de aceptar o rechazar la verdad de Dios (Proverbios 1:7). Salomón escribe sobre la alegría de las personas que son rectas y sabias y la tristeza con la que viven las personas necias. Salomón hace un contraste entre actitudes, pensamientos y lo que hacen ambos tipos de personas, y afirma que el Señor está lejos de los malvados, pero lo suficientemente cerca de los justos como para escuchar sus oraciones.
Salomón comienza este capítulo de Proverbios abordando temas como la ira y el dominio propio y la manera en que esas actitudes provocan problemas en las relaciones que tenemos con los demás. Es importante pensarse más de una vez lo que decimos o dejamos de decir. Las personas sabias buscan la sabiduría y la aceptan con humildad. Las personas necias son descuidadas, perezosas y arrogantes. Salomón destaca la importancia que tiene todo esto, y una vez más elogia a las personas que buscan sinceramente la sabiduría de Dios.