¿Qué significa Proverbios 15:25?
La justicia a veces no parece aplicarse en el mundo, ya que las personas que hacen el mal en esta vida a veces se escapan de sufrir las consecuencias de sus acciones hasta que no les llega la muerte (Salmo 73:2–3). Aquí, Salomón nos asegura que las personas orgullosas, las personas que son arrogantes, las personas que son como los fariseos, se acabarán enfrentando al día del juicio final con toda certeza. Debido a que se enaltecen en lugar de humillarse ante los ojos del Señor, todo lo que han construido y acumulado se derrumbará bajo la mano del juicio del Señor (Proverbios 10:16, 25, 28).Para hacer un contraste, Salomón habla sobre una viuda. En la cultura antigua, las viudas eran especialmente vulnerables, ya que socialmente no estaban protegidas en absoluto. Para demostrar que Dios prefiere a las personas humildes, Salomón dice que Dios defiende a una mujer así y a su tierra cuando alguien las ataca. A diferencia de la casa de los orgullosos, su casa se mantendrá en pie y no se derrumbará. El Señor no permite que los límites de sus tierras se muevan ni un centímetro.
Las personas que confían en sí mismos de una manera orgullosa, en lugar de en Dios, están construyendo casas sobre la arena. Cuando el Señor envía viento, lluvia e inundaciones contra esa casa, al final se acaba derrumbando (Mateo 7:26–27). Santiago 4:6 enseña que "Dios se opone a los soberbios, y da gracia a los humildes".
Jesús contó la historia de dos hombres que entraron al templo a orar. Uno era un fariseo que era orgulloso y se jactó ante el Señor de su propia justicia. El otro hombre era un recaudador de impuestos que era humilde. Ese hombre dijo que era un pecador y le pidió misericordia al Señor. Jesús dijo que ese día solo acabó justificando al humilde recaudador de impuestos (Lucas 18:14): "yo les digo que éste volvió a su casa justificado, y no el otro. Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido".