¿Qué significa Proverbios 17:10?
Las personas que son maduras espiritualmente están abiertas a que se les enseñen nuevas cosas en todo momento. Las personas humildes que se asientan en la verdad (Proverbios 4:1), están abiertas a que los demás las corrijan; y lo mismo ocurre cuando se les llama la atención, lo cual produce un cambio inmediato en las personas que "son inteligentes", y priorizan la verdad y la voluntad de Dios (Proverbios 1:2, 7). De hecho, no es lo mismo ser duro y directo que reprender a una persona desde la piedad y el respeto (Proverbios 15:1). Además, las reprensiones no son apropiadas en todas las situaciones en las que nos podamos encontrar (1 Timoteo 5:1). Sin embargo, cuando corregimos desde el amor (Proverbios 9:8; 27:5; Hebreos 12:6) a una persona que está abierta a que los demás la corrijan (Proverbios 9:9; 15:12), los cambios que se pueden producir en esa persona pueden ser muy efectivos.En cambio, el necio (Proverbios 1:22) se niega a que lo corrijan, aun cuando sufre las consecuencias físicas de sus acciones. Bajo la ley de Moisés, no se podían dar más de cuarenta latigazos a las personas que cometían crímenes (Deuteronomio 25:3). Por lo tanto, los cien golpes de los que se habla aquí representan una hipérbole: una exageración deliberada que se utiliza para enfatizar la ignorancia de las personas que se niegan a que los demás las corrijan.
La reprensión nunca es agradable. Sin embargo, una persona sabia la acepta y se beneficia una vez decide cambiar de acuerdo con lo que se le ha dicho (Proverbios 1:23). El necio ignora las reprensiones y, a menudo, responde con insultos y odio hacia las personas que lo quieren corregir (Proverbios 9:7; Mateo 7:6).