Verso

Proverbios 18:4

LBLA Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre ; arroyo que fluye, la fuente de sabiduría.
NBLA Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Arroyo que fluye, la fuente de la sabiduría.
NVI Las palabras del hombre son aguas profundas, arroyo de aguas vivas, fuente de sabiduría.
RV1960 Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría.
JBS Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; y arroyo revertiente, la fuente de la sabiduría.

¿Qué significa Proverbios 18:4?

En la actualidad, se dice que la sabiduría más importante es la que es "profunda", la que nos enseña cosas que en la superficie no se pueden ver. Las aguas profundas simbolizan la sabiduría que surge de las personas piadosas (Proverbios 1:7). Cuando honramos a Dios con nuestra mente, comenzamos a vivir correctamente, comenzamos a dar buenos consejos y a responder preguntas difíciles con facilidad (Proverbios 3:13; 14:33).

Al mismo tiempo, el agua profunda también se oscurece; es difícil saber exactamente lo que esconde. Esa oscuridad es la idea que se está comunicando en este proverbio. Las palabras se pueden sacar de contexto. A veces, lo que decimos no es fácil de entender (Proverbios 18:13). Hay un proverbio en este capítulo que enfatizará la importancia de tener sabiduría para descubrir lo que está oculto, tal y como los secretos que están escondidos bajo las olas del océano (Proverbios 20:5).

Por el contrario, la sabiduría divina (Proverbios 8:8–9; 12:18) es como una corriente fluida, clara, fresca y vigorizante, la cual fluye sin interrupciones y nunca se seca. Los beneficios que surgen de este tipo de sabiduría son evidentes e inmediatos. Eso no quiere decir que la sabiduría divina no sea "profunda", tal y como la describiría el mundo moderno (Romanos 11:33), sino que parte de la sabiduría es el hecho de saber cómo interactuar con la verdad y el mundo de maneras que otras personas no pueden hacerlo (Proverbios 1:1–6).

Las palabras de Jesús reflejaron una sabiduría profunda y además les dieron vida a muchas personas. Muchos de los que lo escucharon hablar se dieron cuenta de esto (Juan 7:46). Jesús dijo que Sus palabras estaban llenas del espíritu y de vida (Juan 6:63). De hecho, a las Escrituras se les conoce como "la palabra de vida" (Filipenses 2:16). La sabiduría del mundo no puede compararse con la sabiduría que emana de las enseñanzas de Jesús, ¡de las cuales podemos aprender exclusivamente a través de la Palabra de Dios!
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