¿Qué significa Proverbios 19:23?

Un "proverbio" es una breve declaración de sabiduría que trata un tema en términos generales. A diferencia de las profecías o los mandamientos, los proverbios no son ideas absolutas que siempre se aplican sin importar las circunstancias. Al igual que cuando un médico le dice a un paciente, "come bien, haz ejercicio y vivirás más tiempo", ese consejo no debe entenderse como una promesa. Los deportistas más sanos también pueden sufrir accidentes y enfermedades, pero no tan a menudo como las personas que ignoran los consejos del médico. Por lo tanto, este versículo no es como un hechizo mágico que nos proteja en todo momento sin importar lo que nos ocurra (Juan 16:33). Más bien, este pasaje se hace eco del tema principal del libro de Proverbios: que cuando una persona se centra en escuchar y seguir la sabiduría de Dios, esa persona normalmente vive y se prepara mejor para la eternidad (Proverbios 1:7; 3:3–8; 8:35–36; 10:16; 14:32).

La persona que "descansa" en Dios se siente segura y tranquila (Salmo 46:1; Proverbios 14:26; 1 Timoteo 6:6). El pánico y la codicia que acompañan a las personas del mundo representan lo contrario a la sabiduría de Dios (1 Pedro 5:7; Mateo 6:25, 31–33).

Este "miedo" del que se habla aquí no se refiere a ningún tipo de terror o pánico, sino a un respeto reverente y humilde que nos ayuda a reconocer quién es Dios y cómo debe ser la piedra angular de nuestras vidas, Cristo, la única manera de alcanzar la salvación. "Temer" al Señor significa creer en Él. Juan 3:16 nos promete que todo aquel que cree en el Señor Jesucristo tendrá vida eterna y no sufrirá la muerte eterna. Romanos 5:1 declara que los creyentes tienen paz con Dios. Los cristianos también sufren (Juan 16:1–4 1 Pedro 4:12–16), pero no pierden la esperanza mientras sufren (Romanos 8:18). Romanos 8:31 nos enseña que, en última instancia, Dios está del lado de los cristianos, por lo tanto, nadie puede hacerles nada en el contexto de la eternidad. Pablo dice "sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Romanos 8:37) incluso cuando estamos pasando por un momento difícil. Al final, Pablo dice "por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor" (Romanos 8:38–39).