¿Qué significa Proverbios 20:25?
Cuando hacemos y decimos cosas sin pensar, corremos el riesgo de sufrir mucho, pero hacerle promesas al Señor es una de las cosas peores que podríamos hacer (Deuteronomio 23:21), ya que, sin pensarlo, estamos metiéndonos en una trampa nosotros mismos (Proverbios 7:21–23). Salomón nos da un consejo similar en el libro de Eclesiastés (Eclesiastés 5:4–5).Jefté, uno de los jueces de Israel, se "atrapó" a sí mismo después de hacer una promesa rápida e irreflexiva (Jueces 11:30–31), lo cual le acabó costando la vida de una hija (Jueces 11:34–35). Hay muchas personas que cuando están desesperadas, dicen: "Dios, si me sacas de esta situación, te serviré por el resto de mi vida". Sin embargo, cuando todo vuelve a la calma, se olvidan de la promesa que hicieron.
Pedro prometió con arrogancia que nunca abandonaría a Jesús, aunque todos los demás discípulos hicieran lo contrario (Juan 13:36–38). Al final, tuvo que aprender por las malas que al final no fue capaz de cumplir su promesa. Después de que arrestaron a Jesús, Pedro sucumbió al miedo y negó conocer a Jesús en tres ocasiones distintas (Marcos 14:26–31; Lucas 22:54–61; Juan 18:15–18, 25–27).
El mundo debe conocer a los seguidores de Jesús debido a su integridad y honestidad (Mateo 5:37). Debemos evitar hacer promesas a raíz de nuestra imprudencia. Sin embargo, también debemos evitar prometer cosas solamente para enfatizar lo que estamos diciendo. En lugar de decir "juro por…" o "prometo por…" los cristianos deben centrarse en cumplir Su palabra, sin necesidad de ofrecer ningún tipo de garantía extra (Santiago 5:12).