¿Qué significa Proverbios 23:16?

Los proverbios de Salomón a menudo nos hablan sobre el valor que tiene la sabiduría divina y la necesidad que tenemos de transmitírsela a nuestros hijos (Proverbios 1:1–7; 3:1–5; 13:1; 19:18; 22:6). El versículo anterior nos señaló que un padre, o un maestro, se alegra cuando ve a sus hijos poniendo en práctica sus consejos. Es posible que una persona sepa lo que es correcto y no lo ponga en práctica. Una persona podría saber lo que es correcto y hacer lo correcto, pero al mismo tiempo no hacer nada para defender la piedad y la bondad cuando se le da la oportunidad de hacerlo. Aquí, Salomón habla de un niño que dice lo que es “justo" como si fuera uno de los mayores logros del mundo.

Muchos creyentes en la era del Antiguo Testamento vivían entre personas que eran moralmente corruptas, pero aun así hablaban de la verdad con amor (Efesios 4:15). Noé le fue fiel al Señor en un tiempo cuando "el Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que todos los planes y pensamientos de su corazón eran siempre los de hacer sólo el mal" (Génesis 6:5). Sin embargo, Noé siempre habló desde la justicia. El apóstol Pedro dice que Noé proclamaba la justicia (2 Pedro 2:5). Los creyentes del Nuevo Testamento reciben el nombre de embajadores de Cristo porque se les confía el mensaje de reconciliación que Dios tiene para el mundo. Como tales, los creyentes siempre deben hablar lo correcto e implorarles a los incrédulos que se reconcilien con Dios (2 Corintios 5:18–20). Cuando un hijo se convierte en un embajador de Cristo para el mundo, eso les da mucha alegría a sus padres.