¿Qué significa Proverbios 24:11?
Los versículos 11 y 12 constituyen el vigésimo quinto de los treinta proverbios que Salomón registra, pero que seguramente no escribió él mismo (Proverbios 22:17–21). Ambos versículos son importantes para comprender el contexto de la lección que se nos comparte aquí. El siguiente versículo (Proverbios 24:12) nos ayuda a aclarar que esto no se trata de tener que interferir en todos los casos de pena de muerte con los que nos encontremos. Aquí no se está hablando de los criminales culpables que han sido condenados y que van a ser ejecutados en un entorno legal, sino que se nos habla de los inocentes que están siendo perseguidos y asesinados. Cuando una creyente presencia un acto de crueldad, injusticia u otro tipo de atrocidad, está obligado a actuar de alguna manera. El tema subyacente de este sabio dicho se asemeja a lo que se nos dice Ezequiel 3:18, Santiago 4:17 y 1 Juan 3:17–18; la "regla de oro" de Mateo 7:12. Por lo tanto, debemos hacer el bien tanto como podamos.A veces, es mejor evitar meterse en problemas. Sin embargo, las víctimas que están sufriendo algún tipo de injusticia necesitan ayuda desesperadamente, por lo que Salomón le aconseja a sus lectores que se involucren si hace falta. Quizás podemos hablar en nombre de la persona que está siendo acusada falsamente, o intervenir en una situación que está siendo injusta o incluso abusiva para una persona. ¿Quién sabe? Posiblemente podríamos incluso salvar a esa persona.
Una aplicación indirecta de este concepto ocurre a veces dentro del contexto del evangelismo. Los cristianos deben desear "rescatar" a las personas que todavía están bajo sentencia de una muerte espiritual y eterna debido a sus pecados (Romanos 3:23; 6:23; Judas 1:21–23). Proverbios 11:30 nos enseña que "el fruto del justo es árbol de vida; el que arrebata la vida no es sabio". Todo incrédulo se encuentra en las garras de Satanás y está condenado al castigo eterno (Juan 3:36). Todo creyente que rescata a un incrédulo y le presenta al Salvador está usando la sabiduría misma de Dios en ese momento (Proverbios 1:7; Santiago 5:20).