¿Qué significa Proverbios 24:2?
El decimonoveno de los treinta dichos sabios de Salomón (Proverbios 22:17–21) se completa en este versículo. El versículo anterior nos hizo una advertencia sobre los peligros que vienen provocados por el hecho de asociarnos con personas malvadas (Proverbios 24:1). Este es un tema que se repite a menudo en el libro de Proverbios (Proverbios 1:10–15; 13:20). De manera equivalente, tampoco es bueno sentir celos de lo que la gente obtiene a través del pecado y la maldad (Proverbios 23:17–18). Cualquier beneficio que se obtiene de esta manera es superficial, temporal y, sobre todo, contraproducente (Proverbios 11:4, 7; 21:12). Las personas que ignoran la sabiduría divina (Proverbios 1:7) se inventan todo tipo de planes malvados: discuten esas tramas con otras personas, y se dejan llevar por esos mismos impulsos. Al final, todos ellos acaban en la ruina de una manera u otra (Proverbios 6:12–15; 16:27).La Biblia también dice que todas las personas lidian con su propia naturaleza pecaminosa. Jeremías 17:9 dice que el corazón es "engañoso y perverso, más que todas las cosas". Pablo señala que, para evitar el pecado a toda costa, los creyentes tendrían que salirse del mundo (1 Corintios 5:9–10). Sin embargo, hay algunas personas que aceptan el pecado como si no fuera nada. Génesis 6:5 nos habla sobre los corazones de los seres humanos que vivieron antes del diluvio, los cuales estaban llenos de maldad continuamente. En consecuencia, Dios, que conoce el corazón de las personas, destruyó esa civilización con un diluvio.
Por tanto, sólo Jesús, el mejor médico del mundo, puede transformar el corazón de manera que Dios mismo lo acabe justificando: un corazón que lo ame y lo obedezca. El apóstol Pablo habla sobre el cambio de corazón que experimentan los creyentes, y dice en Romanos 6:17–18: "pero gracias a Dios que, aunque ustedes eran esclavos del pecado, han obedecido de corazón al modelo de enseñanza que han recibido, y una vez liberados del pecado llegaron a ser siervos de la justicia".