¿Qué significa Proverbios 24:21?
Las Escrituras a menudo usan palabras como "miedo" o "temor" que tenemos que entender debidamente en su contexto. La piedra angular de todo el libro de Proverbios es que la comprensión de la verdad comienza con el "temor" de Dios (Proverbios 1:7), lo cual no se refiere simplemente al respeto o la reverencia, ni tampoco al pánico. "Temer" algo o alguien, en este sentido, significa percibirlo humildemente desde la perspectiva adecuada. Uno debe reconocer la autoridad de Dios como Creador y todo el poder infinito que tiene, y después decidirse a actuar en consecuencia.Este versículo nos está citando algunos buenos consejos que se les están dando a un hijo o posiblemente a un estudiante. La reverencia que sentimos por el Señor y el respeto que debemos tenerles a los líderes gubernamentales van juntos de la mano. Cuando tenemos una relación adecuada con Dios, eso nos hace comportarnos mejor y convertirnos en mejores ciudadanos. Un ciudadano rebelde transgrede el mandamiento de amar al Señor con todo el corazón, el alma, la fuerza y la mente. El apóstol Pablo dice: "ante todo, exhorto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que ocupan altos puestos, para que vivamos con tranquilidad y reposo, y en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen a conocer la verdad" (1 Timoteo 2:1–4).
Por supuesto, esto no significa que los creyentes estén obligados a obedecer todo lo que les ordenen hacer sus gobiernos. Cuando las leyes terrenales dirigen a las personas hacia el pecado, estamos moralmente obligados a desobedecerlas (Hechos 5:29).
El consejo que Salomón nos da acerca de no asociarnos con personas que no respeten a Dios y a las autoridades civiles es similar al siguiente versículo: "no vayas tras las mayorías para actuar mal" (Éxodo 23:2). Hay otros proverbios que nos hacen una advertencia sobre los peligros de asociarnos con personas impías (Proverbios 1:14–15; 4:14; 13:20; 22:24; 24:1–2). El siguiente versículo nos dice que las consecuencias del mal pueden provenir tanto de Dios como de las acciones de esas mismas personas (Proverbios 24:22).